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Que nadie se lleve a engaño al comenzar a leer la crónica de este concierto. Con este grupo soy absolutamente subjetivo. Desde que escuché el primer acorde de “Nunca estás a la altura” (Tu hoguera está ardiendo, 2008, Jabalina Records) me enamoré de esta formación murciana. Desde ese momento, tenía una espina clavada bajo la piel. Verlos en directo.

 

Por fin estaba de suerte, los astros se habían alineado y me era posible asistir a un directo de los Klaus. El marco: incomparable, la sala Neu Club, antes conocida como Galileo Galilei. Lugar mítico de la movida madrileña, tablas de vocación musical con solera.

 

Tras comprar mis dos entradas en la librería El Argonauta, templo de consagrado a la literatura musical (www.elargonauta.com), estaba como un niño que espera la llegada de los reyes magos.

Llegué pronto, quería coger buen sitio y así lo hice. De teloneros pudimos disfrutar de los también murcianos Parade. Grupo que supo estar a la altura de la muy encomiable, y siempre difícil, función del telonero. Formación que dicho sea de paso, tras escuchar su directo, me he propuesto escudriñar detalladamente en el corto plazo.

Cuando Parade abandonaron el escenario y al poco aparecieron los Klaus & Kinski me puse cómodo, agarré mi tercio de Mahou 5 estrellas y abrí mis sentidos para no perder detalle. No hubo sorpresas. Me gustó lo que vi, me gustó lo que escuché. Me zambullí en esas melodías cuasi-hipnóticas, paladeé cada palabra de las letras y me lo pasé como un enano, llegando a una catarsis mística cuando nos regalaron con “Shell for the mourning”.

 

Disfruté, sí. Y también me sorprendí gratamente al ver como estos murcianos eran capaces de coger una horterada de los 90 como “Ritmo de la noche” darle la vuelta e inventar una canción cojonuda.

 

Me gustó lo que ya conocía y me gustó lo nuevo, ¿lo nuevo? Sí lo nuevo, porque mira tu por dónde la formación tuvo a bien presentar dos temas inéditos “Ya estaba así cuando llegué” y “Eres un sinvergüenza”.

Sólo puedo reprocharles que, en momentos contados, tuve la sensación de que la vocalista de la formación, Marina, se limitaba simplemente a “interpretar temas” sin llegar a conectar con la audiencia. Más allá de los típicos guiños al público entre temas, daba la sensación de rigidez, de estática. Aunque nada grave…

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En suma, un grupo que espero que llegue muy lejos con un buenísimo directo. Pero claro como dije antes yo no soy objetivo. Así que lo mejor es que entréis en el MySpace de los Klaus, consultéis las fechas y lugares de sus conciertos y os animéis a verlos. Tendréis la suerte de descubrir un valor en alza y de llevaros sus dos primeros CD por la ridiculez de 15 €.

www.myspace.com/klausandkinski

Fer Perry

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