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El cierre de festivales del año ,que se marcha,  tuvo por nombre San Miguel Primavera Club en Madrid, donde pudimos disfrutar de grupos poco habituales en los circuitos. y de  algunas estrellas del  panorama.

Vaya por delante le extraordinaria dificultad que tiene un festival que dobla en dos ciudades y donde la gran mayoría de los grupos hacían varias actuaciones por ciudad. Solo por esto queremos felicitar a la organización.

Miércoles

Llegada a Madrid el miércoles y todos a ponernos las pulseras respectivas en Nasti, para poder acceder al primer envite del festival, dirección florida park (en mitad del retiro), donde comprobamos la buena salud que goza lo hispano, Little Joy demostró ser bastante más que el batería de los Strokes , especialmente bien sonó “the next time around”. Aunque Fabrizio Moretti acompañaría a una de las grandes atracciones del festival, Devendra Banhart, dicharachero, motivado aunque el sonido en las primeras filas no acompañó, excelente repertorio con “Angelika”, “cristobal” aderezado con bailes para poner colofón con “carmencita” uno de esos temas que quedarán en la retina mucho tiempo.

 

Jueves

El jueves se presentaba como un día de muchas solapaciones, aunque el principio lo teníamos claro Ted Leo  & The Pharmacists en el Neu! sería la salida, excelente concierto, intenso y concentrado se mostró el grupo que además registró una excelente entrada teniendo en cuenta a la hora que tocaban (19:00), un sonido propio de las High school  repasaron sus temas más conocidos además de regalar alguna perla nueva, “counting down the hours” y “Little dawn” los mejores momentos. Además esa noche pudimos flipar con   Deer  Tick vestido de princesa con un show fantástico sencillo, sin batería nos dejó embobados   y con un sabor en la boca made in America, pero con olor clásico ya que chapurreó "para bailar la bamaba" en remezcla con "Feliz Navidad"

Aunque nuestro corresponsal andaba en otros menesteres , sin esperar cola alguna cuando aún estaban terminando Little Joy, y lo hicieron con el mismo tema, “Brand New Start”. El sonido de la sala parecía bastante más nítido que el de la noche anterior.Media hora más tarde salieron Devendra Banhart y sus Grogs (un poco más espesos en general) para hacer una actuación prácticamente idéntica a la de la noche anterior. Con un público mucho menos numeroso (y más joven también), se desarrolló sin sobresaltos la que sería una de las actuaciones más esperadas del festival. He de decir que tocaron una canción menos que el miércoles, y no me sentó muy bien, pero como el sonido fue mucho mejor, se lo perdonaremos.

Tras ellos, los californianos Port O’Brien pusieron el cierre al jueves del Primavera Club. Podríamos decir que la actuación fue mejorando a medida que iba avanzando. Con buenos temas como “Fisherman’s Son” o “Close The Lid”  poco a poco se fueron ganando al público de la sala, para finalmente dar rienda suelta a la locura, y dejar(nos) subir al escenario a hacer ruido y cantar a pleno pulmón “I Woke Up Today”. Esto último, junto con los tercios a 3€ pusieron la guinda a la noche del jueves, que en mi caso aún no habría terminado (pero eso ya es otra historia).

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Viernes TSOOLS

Del viernes podríamos destacar muchas cosas, The soundtrack of our lives estuvieron perfectos en la ejecución, con un juego de luces que rayó la perfección,  y una puesta en escena sobresaliente, rock & roll en estado puro, con un vocalista disfrazado de pastor, versión de Mr.Drake incluida, dando paso a Standstill.

Que   dividió el concierto  en dos partes, en la primera pudimos escuchar temas de sus discos anteriores predominando temas del último disco. La segunda parte fue un regalo, un regalo que tendrá forma a finales de febrero y que será su nuevo trabajo. Los temas de esta segunda parte fueron acompañados por una orquesta que hizo las delicias de los que pudimos escuchar tan bellos temas, a la pregunta de ¿os gustan? Solo podemos decir SI (con mayúsculas por favor). Este grupo catalán nos tiene acostumbrados a giros inesperados disco tras disco, reinventándose a si mismos,  arriesgando y consiguiendo muy buenos resultados. Un concierto que se hizo corto, con un sonido impecable, para mi gusto uno de los que mejor se escuchó en el festival, un directo abrumador que estremecía cuando subía el volumen de la orquesta, pocas faltas se le pueden sacar. Solo queda decir que esperamos con impaciencia ese nuevo disco.

Para poner Joy patas arriba llegaron HEALTH, los californianos con un show muy dinámico, imposible de aburrirse, destrozaron todo tipo de cliché establecido entre los convencionales, un batería sobrenatural que golpeaba con una violencia propia del Heavy, y que su “die slow” es uno de los temas/videos  del año pero que en directo aun es mucho mejor tampoco lo vamos a discutir ahora.  Y a correr que un poco más y no llegamos al círculo de bellas artes a ver a The wave Machines, máscaras de atrezo, repasaron su  “Wave If Youre Really There” al completo, dejando un grato sabor de boca, estos chicos son carne de cañón, David Holmes al mando de los platos cerró la noche a golpe de temazo.

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Sábado


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Tal vez para el sábado el festival se reservaba  uno de los momentos del festival The back heart procession llenaron la joy para un concierto memorable con una percusión delicada y perfectamente trabajada, un público extraordinariamente respetuoso, como durante todo el festival, y u grupo que estuvo una hora y cinco minutos que supieron a poco por la intensidad de sus temas.  El  Círculo registraba una excelente entrada para  School Of Seven Bells. A las 02:00h, muy puntuales, y durante los 45 minutos siguientes, imágenes hipnóticas a la espalda del grupo, que junto a las perfectamente compactadas voces de las guapísimas gemelas, hicieron de su actuación un acierto absoluto. De su notable álbum Alpinisms tocaron temas como “Iamundernodisguise”, la excelente “Wired for Light”, “Half Asleep”, y un tema nuevo. El sonido en la sala no era homogéneo (me pita el oído izquierdo aún), pero correctos en general.

En cuanto a DJ Pone & DJ Need, la mitad de los franceses Birdy Nam Nam, decir que aunque no los vi enteros por puro cansancio (un fallo la ausencia de ropero, y ya se servía Heineken sin gas), pincharon muy bien. Empezaron veinte minutos antes de lo programado, y animaron a la poca gente que quedaba en la sala a esas horas a base de “zapatilla de la buena”, de la cual habríamos disfrutado de no ser por el agotamiento.

 

Domingo

La Sala Caracol era la encargada de cerrar el fin de semana del Primavera Club 2009, y lo hizo con un buen sonido y con una buena última tanda de conciertos.Comenzamos con Pájaro Sunrise, banda procedente de León (al menos en sus orígenes) compuesta por 6 personas, incluyendo violín y acordeón, que en ocasiones abandonaban el escenario y dejaban al cantante en solitario para algún que otro tema.

Canciones pop-folk preciosas, todas ellas en inglés, voces impecables y ejecución prácticamente perfecta en temas como “Sunday Morning Birds” “Summerface” o “Kinda Fantastic”, y muchas más que no llegué a reconocer. Momento light de la noche, muy aconsejable.

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Media hora después, y repitiendo, Jeffrey Lewis & The Junkyard. Con batería desde el principio, y con una actuación totalmente diferente a la del sábado fueron espontáneos y muy divertidos con una colección distinta de temazos (sin incluir “Roll Bus Roll” ni “Slogans”, lástima). No sólo nos mostró algunas de sus desternillantes peliculitas sino que esta vez las trajo en formato PowerPoint.  En resumen, nunca me había reído tanto en un concierto. Público encantadísimo que arrasamos con el merchadising de la banda (¡cómics y todo!). Geniales.

 

Y por último, el bolo de la noche, Retribution Gospel Choir, simplemente brutales. Directo sin tregua, y perfectos en ejecución cerraron el festival dedicando su concierto a sus amigos. Conciertazo de poco más de una hora de duración durante el cual no se olvidaron de Low, regalándonos “Take Your Time” y “Destroyer” en el bis, el cual hubiesen alargado de no ser por lo que parecía un problema en el pedal de la batería.

Resumir cuatro días de festival es difícil, pero lo podemos resumir con un “ya me puedo morir tranquilo”. Hasta el año que viene.

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