Joe Crepusculo

La escena independiente barcelonesa puede ser muchas cosas, pero de lo que no se le puede achacar es de convencionalidad en los últimos años.

Foto: Alex Ubach

Entre propuestas tropicalistas que gustan a algunos y odian otros tantos se ha hecho un destacado hueco Joe Crepusculo, el chico de la periferia condal surgido de Tarántula nos ofreció ayer noche en la sala [2] de Apolo un reducido pero intenso concierto de su electro pop low-fi, imposible no mover las caderas con el autoproclamado príncipe del pop español.

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Foto: Alex Ubach

Joel a los mandos del teclado y como de costumbre acompañado de su secuaz en la caja de ritmos Sergio Telemático se presentaron en una abarrotada sala para dar buena cuenta de los hits recogidos en estos tres discos editados hasta el momento. Y qué momento está viviendo el dúo, después de arrasar en todas y cada una de las listas nacionales de lo mejor del 2009 con su último disco “Chill Out”, afianzarse tras su buen segundo “Supercrepus” y haber calado hondo entre la masa sobretodo femenino a la que especialmente atrae, han cerrado un año enorme asegurándose la presencia en casi todos los festivales del territorio nacional.

Animada se presentaba la velada pues, la gente entregada y sedienta de bailar sus temas de pop entre lo casposo y lo genial, entre los ritmos bakalas y el pop más lo-fi. La nada lucida pero efectiva voz desgarrada de Joe nos trasladaron anoche a su universo paralelo de letras surrealistas y ritmos rabiosos que exigen el movimiento compulsivo de todo ser presente en la sala.

La sesión comenzó saliendo a escena bien entrada la noche con su habitual barriga cervecera y unas greñas que no dejan indiferente a nadie, abrieron con algunos de los temas más tranquilos de sus dos últimos discos entre los que sonaron “Gabriela”, “El cráneo” o “Una paloma atraviesa el fuego”. Joe inusualmente serio enlazaba rápidamente una con otra, sin sus habituales bromas que el público demandaba.

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Foto: Alex Ubach

La segunda parte del concierto comenzó con la apuesta segura “Baraja de cuchillos” pidiendo la colaboración del público en su famoso laralala hizo las delicias de fans y los más reacios. El climax bailable del concierto se mantuvo desde entonces hasta el final con los hits vitaminados de sus canciones más conocidas. “Ritmo mágico”, “Canción de las medusas”, ”Diririri dirirara”, “Suena brillante” y “La canción de la vida” sonaron más aceleradas que de costumbre para jolgorio fiestero del personal que no dejó de contorsionarse y disfrutar hasta el final.

Para acabar y ahora sí con su ácido humor Joel avisó “íbamos a hacer lo de entrar en el camerino para salir luego a hacer el bis, pero ¿para qué? Y cerró la velada sorprendiendo a propios y extraños con una versión de “Al alba” del gran Luis Eduardo Aute.

Buen repaso a sus temas más bailables en apenas 45 minutos de pop hedonista aderezado con la habitual calidad de nuestra querida sala [2], bendita tarjeta Primavera Sound.


Sitios Webs de Alex Ubach

www.librephotographie.com
www.flickr.com/photos/librephotographie/show/

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