Lunes + Biohazard = viernes
El pasado lunes 28 en sala Penélope de Madrid corroboramos lo que ya pudimos ver en el Resurrection 2013 de Viveiro, que a pesar de la marcha de su frontman, Evan Seinfeld, Biohazard sigue siendo un auténtico grupazo, y su directo, uno de lo más divertidos que se pueden ver a día de hoy dentro del panorama musical actual.
La fecha era bastante mala, lunes y final de mes, pero aún así, la sala acabo cogiendo color, hasta tener una entrada bastante decente dadas las circunstancias.
Empezaron los Portugueses For The Glory, una de banda de Old-School Hardcore en la línea de Madball o Sick Of It All, que ofrecieron un tremendo show lleno de energía y mucha actitud, con una sala quizás demasiado fría para la calidad y entrega de esta pedazo de banda lusa.
Los italianos Arhythmia, teloneros oficiales durante toda la gira, subieron a continuación al escenario. Venían con muy buenas referencias. Nosotros nunca los habíamos escuchado, pero leyendo alguna crónica antes del concierto, los ponían en la onda de Hatebreed o Lamb Of God. Nada más lejos de la realidad. Nos encontramos con una banda de nu metal bastante clásico, más parecido a Hed(Pe) o Rob Zombie, exquisitos técnicamente, pero puede que tras los enérgicos lusos esperábamos seguir aumentando las calorías quemadas o puede que el nervio de ver a Biohazard nos hizo que nos resultaran más indiferentes.
Lo de Biohazard sencillamente está a otro nivel. Scott Roberts, Bobby Hambel y los suyos están en plena forma. Su legado musical es tan amplio y tienen tantísima presencia encima del escenario, que es prácticamente imposible no disfrutar como un enano con cada temazo.
El último disco, Reborn In Defiance (2012), nos había parecido bastante aburrido, y afortunadamente no tocaron casi nada. Nosotros conseguimos distinguir apenas un tema, Vengeance Is Mine, que es de lo poco que se salva del nuevo disco.
Empezaron su actuación con dos clásicos infalibles, Shades Of Grey y Urban Discipline, que pusieron la sala patas arriba desde el segundo uno, con múltiples pogos, moshpits, y algún que otro stage-dive. A partir de ahí, temas como Tales from the Hard Side Remember, Victory…incluyendo por supuesto himnos como Punishment o Hold me down para terminar de rematar la faena. Incluyeron incluso un increíble cover de Bad Religion, We’re Only Gonna Die, que provocó el mayor circle pit de toda la noche.
A resaltar el sonido casi perfecto de la Sala Penelope, que después de varias malas experiencias, parece que ha mejorado de manera significativa, así como la cercanía y buen rollete de la banda con el público, que acabó asaltando el escenario mientras Scott Roberts volaba con su guitarra por encima del público.
La fiesta se alargó en La Vía Láctea, donde Critteria Rock Session montó un after-party solo apto para valientes. En definitiva, uno de los mejores lunes del año.