En los cuatro años que han transcurrido desde que Local Natives se lanzaran al panorama internacional con el lanzamiento de Gorilla Manor, no ha sido tarea fácil poder contrastar la calidad de sus composiciones en directo. No es un grupo que se haya prodigado generosamente en nuestro país, a pesar de la buena acogida (aunque minoritaria) del primer LP y de las alabanzas generalizadas del maravilloso segundo trabajo Hummingbird. Perdonados quedan por esta cadencia si cada vez que se suban a un escenario lo hacen con las ganas e intensidad que mostraron en su reciente concierto en Madrid.
Por desgracia, las condiciones del injusto escenario en el que les tocó defender su propuesta en el pasado festival Primavera Sound 2013, impidieron para muchos disfrutar en condiciones de un concierto que hubiera sido una importante muesca en el revolver. Ya es agua pasada y una decepción superada sin miramientos gracias a la que es una de las mejores salas de conciertos de Madrid, si no la mejor. La sala Joy Eslava fue el escenario perfecto para que el quinteto desglosara su setlist formado a partes iguales por canciones de los dos discos publicados, lo cual da a entender el buen hacer de la banda apostando por su música en general y no queriendo vivir de la sensación del momento.
Será inveitable que si su producción aumenta se vayan quedando fuera de la selección temas más "descartables" de Gorilla Manor, pero algunas permanecerán imbatibles viendo el matiz que le dieron a temas como Airplanes, Wide Eyes o el tema que cerró el concierto. En ellos mantuvieron en esencia las armonías vocales tan característcas pero añadiéndole la contundencia instrumental de esta segunda etapa en la que se encuentra la banda. No se puede dejar de destacar lo bien que funciona en directo la deliciosa versión de Warning Sign, que nos hace entender lo grandes -¿y avanzados a su tiempo?-que fueron Talking Heads a aquellos que nos cuesta acercarnos su música, y a la vez demuestra el talentazo y la genialidad de Local Natives en la interpretación de ideas musicales.
Si bien las composiciones de Gorilla Manor son 100% inspiración y experimentación, todavía en la búsqueda de un estilo propio, en la grabación de Hummingbird la inspiración deja un poco de hueco -como suele ser habitual- a la producción, matices, y amplitud musical de los temas. You & I, Mt. Washington, Wooly Mammoth y Heavy Feet son joyas que en el directo sonaron a la perfección, completísimas. Personalmente pienso que Colombia es una canción sobrevalorada por las condiciones extramusicales que le rodean, pero no quita que fuera una de las canciones más sentidas de la noche y no dudo que a más de un asistente le provocara alguna lágrima o, al menos, le pusiera el vello de punta. La melosa voz de Kelcey Ayer sin duda ayuda a ello también.
La presentación del grupo en el escenario fue vistosa pero sin adornos, con la vanguardia formada por las voces, guitarras y teclados dejando sólo al fondo y entre cortinas de humo al batería, al cual mereció la pena no perder de vista durante todo el concierto para comprobar que los ritmos de los discos no son obra de una máquina. El grupo desarrolló el concierto con energía pero sin excesos, y desde luego la actitud fue indiscutible, interactuación justa con el público (cuando la gente quiere música tampoco gustan los largos speech o la relajación excesiva por parte de los músicos...) con esfuerzo incluido de hablar en castellano por parte de Taylor Rice (vivió unos meses en Granada).
El guión del concierto no dio lugar a sorpresas y sin muchas dilaciones terminó llegando el bis con Sun Hands, fue un cierre apoteósico tras un breve instante necesario para, imaginamos, coger fuerzas ya que es una canción llena de energía cuya parte final en el directo se convirtió en un auténtico vendaval fruto de los agresivos riffs de guitarra y los viscerales gritos de los musicos, por supuesto coreados por todo el público mientras la sala se venía abajo.
A pesar de la intención del grupo de que no pasen otros tres años hasta que podamos volver a verlos otra vez por aquí, si finalmente hubiera que esperar de nuevo tanto tiempo, sin duda merecería la pena mientras que la vuelta sea como ésta.
Foto realizada por Ignacio Sánchez para la web El Enano Rabioso