Vetusta Morla encuentra su nuevo rumbo en La Deriva
Llenar tres días consecutivos La Riviera no es nada sencillo y hacerlo antes incluso de haber puesto a la venta su último disco, es hito de una de las bandas más en forma del panorama nacional. Si le añadimos que ya tienen todo vendido para otras dos fechas en el mismo recinto para el mes de junio, podemos imaginar un abarrotado Palacio de los Deportes hasta la bandera, al alcance de muy pocas bandas nacionales y algún puñado de internacionales. Era su décima cita con la sala madrileña.
La solidez se viene fraguando a lo largo de los tres discos publicados. La novedad y éxito inicial, no fueron flor de un día. Hoy Vetusta Morla tiene en Pucho un frenético y generoso “frontman” que no escatima en esfuerzos, abrazado por músicos de los pies a la cabeza que interpretaron de arriba a abajo todos y cada uno de los temas de La Deriva, su recientemente último disco publicado. Muy de agradecer, ya que era para lo que se les esperaba, para disfrutar de sus nuevos temas. Asombroso ver como muchas de estas canciones ya son coreadas y cantadas al dedillo como cualquiera de sus éxitos pasado. Éxitos pasados, muy bien integrados en el repertorio, con exquisitos arreglos instrumentales, que en varias ocasiones hacían dudar al fan más acerrimo de que canción se trataba, eso si, sólo hasta que Pucho se lanzaba al micrófono, para ya sí, volver a ser acompañado por todos y cada uno de los presentes con la voz en grito.
Lo que esta banda ha conseguido es que una gran cantidad de público sepa de cabo a rabo letras para nada cortas y sencillas, pero que se canten y disfruten como propias, reflejandose en cada uno de los rostros presentes la felicidad máxima.
Entre los veinte temas que sonaron, quisieron invitar a Edu Ortega a tocar el violin en la bien recibida Copenhage. Valiente se confirma como el himno a la amistad, al buenrollismo y al disfrute de cuerpos alterados por el desenfreno y la cerveza. Destacable del nuevo disco la pegada de Tour de Francia, el homenaje a la ronda gala, majistral composición para los amantes de este deporte en horas bajas. Para cerrar, Los días raros, que en un primer momento no parece la canción idónea para concluir la velada, pero que va subiendo en intensidad y termina con una aplastante contundencia, dejando al respetable son respiración.
La Deriva les llevará por numerables citas españolas y a salir de frontera nacional allá por el mes de Octubre para pisar suelo parisino, londinense y regresar a su bien querida sudamérica. Vetusta Morla no nada a La Deriva, sino que tienen el gps del éxito con las coordenadas exactas para llegar a destino.
