Un concierto indeterminado
El cierre de la temporada musical del exquisito Teatro Central llegada con la gira de presentación de “Days os Abandon”, el tercer y último disco de los neoyorkinos The Pains Of Being Pure At Heart. Una banda que repetía escenario y ciudad y que por no cambiar demasiado, repitió errores.
Desde el principio, la llegada al teatro se hizo algo dificultosa y es por eso y por la espectacular puntualidad del evento que apenas pudimos disfrutar de Trepàt, la banda granadina venía a presentarnos su atrevido y divertido disco “La Fiesta Oscura”. Un disco que se entendió perfectamente en el Teatro puesto que no había demasiada luz para ellos.
Tampoco es que hubiera demasiadas para las estrellas del día, pero sí podemos decir que en muy pocos escenarios, como el de El Central, tan bonitos y con un sonido tan nítido se verán las bandas en general. Una entrada de público decente y unos excelentes precios auguraban un concierto muy disfrutable. Un Lugar al que Kip Berman, líder de la banda, no supo sacarle casi nada. Poco o nada tiene que ver que toda la banda sea nueva por completo, allí no queda nadie de “Belong” ni de su homónimo debut. Y es que el problema de la banda no son los 4 miembros que allí están, a lo mejor es él.
Solo así se explica que una banda que tiene canciones como “Young Adult Friction” o “Heart In Your Heartbreak” (el primer hit en salir) suenen planos e inofensivos. La obsesión de Berman parece ser las voces, que sonaron perfectas, nítidas, y sus movimientos espasmódicos sobre una guitarra que no suena. NO SUENA LA GUITARRA, como lo oyen, pero por decisión artística, él se esfuerza en hacerse el epiléptico sobre ella, sube y baja el cuello, chirria se retuerce, lo hace todo de manual, lo sabe todo, pero su juguete no tiene pilas. No se puede cerrar un concierto con “Belong”, una canción a caballo entre el pop de Smiths y las guitarras de Kevin Shield y que la guitarra no ahogue la voz, solo hay ponerse el disco en casa y comprobar que son canciones diferente. Es inconcebible que todo sonara a maqueta, ¿todo? No, todo no.
Su nuevo disco, sonó a gloria. Las cosas como son, han cambiado su ADN, han pasado de ser un coupage de Smiths y My Bloody Valentine, a serlo de The Cure y Belle & Sebastian y aunque me gustaba más la anterior combinación esta en directo les funciona mucho mejor. Este último trabajo soportó el peso del directo y es que sonaron casi todas y siempre limpias. Sobresaliente en las que su nueva acompañante cantó, como fue con “Kelly” y sobretodo “Life After Life”. Las más vitoreadas, algunas de sus antiguas canciones y los incontestables himnos del 2014 como “Simple And Sure” o “Eurydice”. Echamos de menos algún clásico como “Even in Dreams” pero eso ya es el pasado del grupo.
Buenas sensaciones de cara al futuro y muy negativas si eres de esos que vas a ver sus dos anteriores trabajos porque ese grupo ya se acabó, nunca sonaron intensos en directo pero ahora lo tienen claro, tampoco lo harán en los discos. The Pains Of Being Pure At Heart se han dado una ducha de sonido y parece que a su directo le puede sentar muy bien. Hasta la próxima.