León Benavente, Sr. Chinarro y viceversa
Viviendo en una ciudad en la que la única banda sonora durante el día de los meses veraniegos la componen chicharras que se esconden en los árboles, se agradece que durante dos noches a la semana, en la Cartuja, un grupo de bandas quieran competir con los grillos.
Esta noche en cuestión era el turno de León Benavente y Sr. Chinarro; y no precisamente en ese orden. Y es que sorprendió en parte que un artista local de tanto bagaje fuera el telonero de una banda con menos repertorio, aunque la calidad de sus miembros está más que ampliamente demostrada.
Antonio Luque y los suyos parece que se percataron de lo que se suele apostar en cada uno de los cuatro parterres de grama que componen aquel patio del Monasterio de la Cartuja y así empezaron con Esplendor en la hierba.
Se descartaron canciones de los últimos dos discos, salvo uno de Menos Samba, y se apostó por un repertorio clásico (puristas aparte), continuado por Lejano Oeste, Cabo de Trafalgar, El Rayo Verde o San Borondón.
En torno a la mitad de la actuación, se intercalaron 5 temas del que será nuevo disco de Sr. Chinarro "Perspectiva Caballera", que el propio Antonio Luque desveló que esperaba estuviera el 9 de Octubre "...en la Fnac, si no cierra antes, y en la redes P2P".
Tras este Kit Kat en Perspectiva Caballera, volvió por sus temas conocidos, Babieca, Todo Acerca del Cariño, la procaz Una Llamada a la Acción, y como guinda al pastel terminó con Los Ángeles y Del Montón.
Llegaba el inciso de rigor usado por unos para cambiar instrumentos, e hidratarse por otros. En poco tiempo, subía al escenario la banda capitaneada por Abraham Boba. Lo suyo fue un repertorio claro y directo formado por sus dos trabajos de estudio, su LP homónimo y el EP Todos contra todos, empezando por Década y terminando con la bailonga Ser Brigada (en la que invitaron a un par de zagales a que disfrutar con ellos del final del concierto).
El ritmo frenético que imponía César Verdú a la batería, aliñado con los arreglos del resto de la banda llegaba al público y eso se notaba en los cuerpos del respetable que se afanaban en llevarlos al ritmo de sus baquetas.
Sin duda, lo que se vivió anoche en este idílico rincón cartujano puede ser considerado como un broche de oro para las noches de Nocturama de agosto y despedirnos poco a poco de esta magnífica décima edición y de las chicharras que nos atormenta.
Fotos de la organización: oscaromi https://www.flickr.com/photos/nocturamasevilla/