Te das un baño en una playa preciosa, tomas un rato el sol y te acercas al primer chiringuito que ves. Pides una paella y una cerveza para amenizar la espera cuando de repente llega el Petit de cal Eril y comienzan un concierto a pie de playa. No, no es un sueño, es el Faraday.
Foto: Mónica Parra Ráfols
Marina Gallardo volvió a abrir la casa de la playa para vivir una segunda jornada que apuntaba a ser la del festival. Y como viene siendo habitual no es la mejor hora para enganchar a un público que llegaba perezoso y con cuentagotas. Pese a todo la gaditana que canta en inglés sacó a pasear su repertorio de folk de kilates presentando su maravilloso “Some monsters die and others return”. Quizás un poco más tarde hubiera sido más justo para una de las nuevas sensaciones nacionales.
Minutos más tarde abrieron con ganas Delco el escenario principal con la que sería la actuación revelación del festival de entre las bandas de la planta baja del cartel. Fuerza, contundencia y una lista de temas muy pegadizos a primera hora de la tarde era lo que se necesitaba para desperezar al respetable después de tanta cantidad de sol y folk.
Foto: Mónica Parra Ráfols
Apples fueron otra de las grandes sorpresas del día tras poner pié por primera vez en nuestro país. Pildorazas pop con texturas tropicales fueron algunas de las notas de color que dieron forma al precioso atardecer de Vilanova. Una vez más el ojo a la hora de fichar los nombres que se rifarán los demás queda patente con confirmaciones como ésta.
No puede ser de otra manera, la acción en Faraday transcurre tranquila como una tarde cualquiera de vacaciones, en el festival en el que no existen las prisas, cae el sol casi sin querer y la cena sentados en la hierba mientras disfrutamos del cancionero popular del Petit de Cal Eril se convierte en un tentempié a la espera de uno de los cabezas de cartel más esperado de la edición.
Foto: Mónica Parra Ráfols
Y si, este es uno de esos momentos en los que sabes que sólo podrías vivir en el Faraday, estar a sólo unos metros de Jeff Tweedy sin apretones ni fans desbocados estropeando las canciones más bonitas de Wilco no puede pagarse con dinero. Acompañado de su arsenal de guitarras acústicas el bueno de Jeff nos llevó de la mano por el sendero intimista de las canciones de su banda. Esta vez sin los solos de Nels Cline que amados y odiados por igual, no fueron necesarios esta vez. Bromas y petardos por la victoria de España acompañaron un setlist de auténtico lujo dando un repaso perfecto a toda la carrera de la banda, “Via Chicago”, “One wing”, “Either way”, “Jesus, etc.”, “Country disappeared” se convirtieron en los momentos más bonitos del festival acompañadas por peticiones espontáneas como “California stars”, que sorprendentemente atendió el genio americano. Conciertos como éste llevan a fantasear por un momento con ser Jeff Tweedy para poder imaginar cuántas parejas estarían haciendo el amor con mis canciones en ese preciso instante.
Cerraron el apartado de actuaciones en el escenario principal Los Punsetes y Maika Makovsky. Los primeros con su habitual directo gamberro directo a la yugular. Los segundos con mucha más clase y el portento vocal de su cantante dejaron claro por que no son exagerados quiénes le apuntan como a la PJ Harvey española. Cerramos la noche con la propuesta de DJ Amable quien se disponía a homenajear los 25 años del depósito legal. Nada nuevo en el horizonte, Kids de MGMT, Phoenix y demás temas habituales de los fines de semana en la sala Razzmatazz formaron lo que se suponía un homenaje.
Domingo.
Foto: Mónica Parra Ráfols
Último día de la presente edición y uno de los cabezas pendientes, Nick Lowe se asomaría a la ventana de la casa para disfrutar de este domingo como el resto de mortales. Tampoco pudo resistir el encanto del Faraday. Pero antes que el cantautor inglés se presentarían en sociedad otra de esas maravillas en envoltorio pequeño que cada año nos trae el faraday, Hello Cuca, quienes se convirtieron en otra de las actuaciones destacadas del cartel. Los murcianos con su rockabilly fresco y sus letras de sonrisa estarán seguro dentro de los carteles nacionales del año próximo.
Foto: Mónica Parra Ráfols
Por fin, al caer el sol llegó el turno de uno de esos maestros para los que no pasa el tiempo. Nick Lowe encantado de formar parte de un festival de este calibre dio un repaso a toda su carrera e incluso regaló al respetable un tema nuevo. Calidad y veteranía sobre las tablas se dieron la mano en el escenario pequeño que a la brisa del mar dejaron uno de esos bolos que te dejan sin palabras.
La poesía idílica del lugar mezclada con la selección de artistas de primer nivel y las jóvenes perlas nacionales por descubrir hacen del Faraday un festival único dentro de la previsibilidad festivalera de nuestro país. Un encuentro con verdadero encanto solo a disposición del puñado de personas.
