The Birkins
The Birkins
[El genio Equivocado; 2011]
7.5
Fuera totalitarismos. No es tu verdad ni la mía, son hechos. Tres puntos cardinales que marcan los picos de un triángulo dejan en el centro una de las nuevas promesas a pocos pasos de instaurarse como realidad en el panorama.
Se les pueden fijar influencias británicas, pero lo real es que esa apertura de su trabajo debut parece tener miras puestas más allá de la costa isleña. Desde Canarias hasta la zona este americana pasando por la chanson française marcan los límites donde The Birkins establecen su base, un centro de funciones que les ha permitido elaborar este trabajo lleno de matices, psicodelia y reverberaciones en el que Paco Loco ha sabido coger los mandos de la producción para guiarlo fuera de convencionalismos ya casi fundidos en una escena minada de ellos.
Su imponente adelanto ‘Chloé’ dejaba ver que el primer paso sería plasmar lo que se había escuchado durante meses de grabación, guitarras de la escuela J.Mascis afloran entre versos en francés a lo que tan poco acostumbrados están nuestros oídos y que decoran ese rock sucio sin contemplación en que se baña. No es de extrañar tampoco pues en las mezclas cuentan John Agnello, colaborador con los de Massachussetts e incluso, que Paco Loco tocara las clavijas de Golden Smog se hace evidente en ‘Reflections (just dance)’ o ‘De profundis clavami’, con miras al pasado no tan lejano de Wilco. Pero queda patente que tan distantes entre sí, las canciones siguen una línea argumental de tal calado que la homogeneidad es llevada al máximo punto.
Es un disco raro, es un gran debut. Como marcan los cánones. Con regusto a haber estado años entre nosotros, con ese tesón y temple que pasea por los mofletes de Tindersticks – bien podría ‘Who Are They’ ser sacada de la fábrica de Staples- aún faltando esos arreglos orquestales que tanto los caracteriza sustituyéndolos por una ola en que el órgano hammond de Rami Jaffe (Foo Fighters, The Wallflowes) sacude sus canciones. Una primera obra que tiene el placer de contar con la gran Dayna Kurtz en la más que profunda ‘Frapuccino Lovers’, colaboración de lujo que se une a la voz de Dani Machín para llevarnos a las parisinas calles donde el drama tiñe los adoquines que se pisan.
Miles de referencias afloran entre tanto eclecticismo, en una mezcla del francés que cuenta la historia y el inglés que la acerca al público, relatos que viajan de un lado a otro como los puntos desde Alabama 3 hasta Twin Sister en la versión de Serge Gainsbourg ‘Initials BB’ –dedicada a Brigitte Bardot para quien ande despistado de a quién corresponden-, en una muestra de funk y bajo apedreado con tanta intención que hace inevitable el baile hasta melodías pop de ‘Happy Requiem’ o ‘Poptimist’ que abren un abanico de posibilidades con el que The Birkins son capaces de dar buenas bocanadas de aire fresco gracias a la fortaleza que Cristina Santana sabe darle a sus intervenciones.
Aquel encargado de salir de la lámpara al frotarse ha vuelto a dar en el clavo. Sabe que cuando hace sus apuestas son a caballo ganador. De allí de donde vienen siempre cuentan con una hora menos, pero el camino que se les avecina es para anunciar que, como marca su portada, The Birkins saben escribir el pasaje para ir con un pie por delante de lo estipulado. Ellos mismos lo dicen: ‘This is the right time’ y no queda otra que aprovecharlo.