Desgranados ya los nombres principales y esa segunda línea del cartel que sustenta, ahora es el turno de los demás.
De los que aún no han despegado aquí en casa, de los que nadie espera nada y arrasan en el festival... de los que en definitiva hacen de la experiencia de un festival algo más divertido y excitante. Sorpresa, talento, innovación.
100% Silk ha sido uno de los sellos en boga en los últimos meses y le debe mucho a Ital. Su relectura del house en clave orgánica y desmitificando algunos clásicos han marcado la línea a seguir. El cierre perfecto para el festival durante el día. De la misma factoría procede Maria Minerva. La estonia afincada en Londres ha destilado los 80 en un cóctel lo-fi pensado para bailar. De los 80 también se sirven los italianos Discodromo. Y ya lo hemos dicho todo. Italia y disco. Poco más que añadir, pero para hacer justicia, también echan buena cuenta del techno primigenio para darle más consistencia a su revisión de la música disco.
Marcianos los ha habido siempre. La marciana por excelencia en estos últimos tiempos es Nightwave. Su vida da para biopic y segunda parte. De lo que importa, la música, es igual de marciana. Música negra desde lo más sensual y erótico hasta lo más frenético, no pararás. Otro es Star Slinger, que parece haber salido de una maratón de WoW de 5 días. Lo bueno es cuando se pone a los aparatos y te deja sin aliento con sus mezclas evocadoras, sensibilidad soul, hip hop abstracto y joyas exclusivas. Ahora bien, los marcianos que mandan son Nguzungu, que exploran todas las posibilidades de la electrónica actual. No hay fronteras, aquí lo que manda es la música sin importar la procedencia. El resultado no se resiente en ningún caso.
Jacques Greene bien podría estar en un peldaño más arriba. Su trayectoria en los últimos meses ha sido impecable. Remezclas que superan el original (y no hablamos de cualquiera) y una producción dotada de una sensibilidad especial para reconstruir el house más intimista. Lapalux también dota sus creaciones de ensoñaciones y voces lejanas, ritmos sincopados y melodías minimalistas. Todo es un sueño. Y en el mismo viaje tenemos a Peaking Lights. El matrimonio de Wisconsin nos ofrece la versión más psicodélica de la electrónica. Viajamos a otro tiempo, a otra realidad.
Si no queremos sutilezas, ya tenemos a Untold. Con paciencia, ha ido curtiendo su trabajo, ya sea a través de su sello o en otros referentes como R&S. El ritmo por bandera, techno cargado de referencias de uk bass, uk funky, acid y lo que se le ponga por delante. Es el caso también de Om Unit, deudor total de los popes de Detroit, del jungle de los 90 y del acid. Solo le faltaba por remezclar himnos del jungle en clave juke. Y lo hizo de manera apabullante.
Más bass. Ojo al dato, estamos hablando de la nueva alianza de un clásico como es John Paul Jones, que se alía con los nórdicos Supersilent, expertos en el arte de la improvisación. Una actuación que promete mucho. También el rara avis Thundercat, ahora bajo la supervisión de Flying Lotus en Brainfeeder, es un imprescindible. Ecléctico como pocos, su mejor carta de presentación es el trabajo publicado en el mismo sello, “The Golden Age of Apocalypse”, un compendio del talento jazzístico y electrónico de un tipo que no se casa con nadie y se va con todos.
Y si el juke ha sido el sonido en boga en el último año gracias al incansable trabajo de Mike Paradinas desde Planet Mu, era de esperar que estuviera representado por algunos de sus iconos. Dj Spinn y Dj Rashad desembarcarán en el Sónar con sus ritmos acelerados, sus voces pitcheadas y una sesión que hará arder el suelo del SonarDôme.
RBMA siempre nos deleita con alguna sorpresa. Esta vez es el turno del soulman Jesse Boykins III, un tipo del cual te preguntas como ha podido estar tanto tiempo oculto. Ahora llega con todo su cargamento, acompañado de una fabulosa banda y un proyecto de futuro con otro genio como es Machinedrum. Si el año pasado la triunfadora fue Janelle Monáe, este año el turno es para Jesse Boykins III.
Y a pesar de que nos dejamos muchos nombres, finalizamos con Dj Harvey. Leyenda viva de los platos, no podíamos incluirlo dentro los marcianos porque lo suyo es de otro nivel. Sus sesiones pueden contener cualquier sonido que puedas imaginar, su influencia dentro de la electrónica marca un antes y un después. Otra actuación imprescindible.