Vítor Flores, director de Cultura de Red Bull España, contesta nuestras preguntas a escasas horas del Sónar 2013
Hace ya unos cuantos años, una bebida energética aparecía en el mercado y poco a poco se iba extendiendo por todos los rincones del mundo. Un eslógan más que conocido y unas campañas publicitarias animadas con una nota humorísitca hicieron el resto. Red Bull es una de las marcas más poderosas del mundo y lejos de quedarse sentados a contar billetes, decidieron que podían invertir esos beneficios en apoyar un sinfín de proyectos. Y vaya que si lo han hecho. Cada 15 días vemos a un un par de tipos corriendo con un F1, uno de ellos triple campeón del mundo. No hace ni un mes pudimos disfrutar de un espectáculo sin igual con los mayores acróbatas sobre motocicletas, bicis y skate, mandaron a un tipo casi al espacio... Vaya, no se quedan cortos.
Más allá de los eventos deportivos, también decidieron que la música debía ser apoyada, que había que dar una oportunidad a un artista que lo mereciera, sin importar su procedencia o el sonido que proponía. Para cualquiera que esté un poco al día y que guste de la música de baile conocerá las bondades de la Red Bull Music Academy, de los innumerables eventos que se celebran alrededor de ella, de que en el Sónar hay un escenario comisionado por la RBMA y que en muchos países se celebran eventos más pequeños pero que persiguen el mismo objetivo. La contribución de Red Bull es notoria y como ellos mismos nos relatan, nombres de primer nivel a día de hoy recibieron su primera oportunidad en su academia. A veces nos encanta demonizar a todas las multinacionales y criticar sus prácticas capitalistas. Esto no deja de ser un negocio, pero lo que recibimos a cambio, el apoyo sempiterno, el afán por buscar nuevas posibilidades y proyectos de apoyo a la comunidad musical bien merece todo nuestro respeto. Ya son unos cuantos años apoyando la cultura musical, rescatando artistas del pasado y promocionando los nuevos talentos, y por ello les damos las gracias.
La estrecha relación entre Red Bull y Sónar viene de años atrás y se ha convertido en una de las señas de identidad del festival. ¿Como nace esta relación?
En el año 2005 comenzamos con un pequeño espacio dentro de Sónar en la segunda planta del CCCB, el Red Bull Music Academy Lounge. El concepto era el mismo que ahora: una treintena de exparticipantes y lecturers de la Academy pinchando o tocando en directo los 3 días del festival. Igual que ahora en SónarDôme, pero en un espacio más reducido, aunque con su encanto. Ya desde ese primer año, el Lounge se convirtió en un lugar para descubrir nombres que en aquel momento comenzaban a sonar y hoy están consolidados, como Hudson Mohawke, Flying Lotus o Nina Kraviz. Tenía dos caras: una más relajada en las primeras horas del día y otra de baile y más locura al final de la tarde. Era realmente divertido. Después, ya en 2009, nos pasamos al segundo escenario de Sónar de Día, el Dôme, dada la sólida y fructífera relación que se creó con Sónar en todos esos años.
Con el cambio de ubicación del festival ¿planeáis algún tipo de revolución en cuanto a la programación y/o de otro tipo?
El planteamiento artístico es el mismo, el espíritu de la Academy seguirá fiel a sus principios, mostrando una heterogénea selección de participantes de diversas ediciones del proyecto, con estilos musicales diferentes, y acompañados por alguno de los miembros del equipo o artistas que en algún momento han pasado por el sofá de la Academy para impartir alguna charla, sin olvidarnos del talento local.
Parece factible que pudiérais organizar un evento de grandes dimensiones en cuanto a la música se refiere, pero en cambio participáis en otros festivales o eventos. ¿Cuál es la política de Red Bull respecto a estos eventos?
Bueno, la Academy anual es, probablemente, uno de los mayores eventos musicales que se organizan en todo el mundo. Es un festival de cinco semanas de duración, con cientos de artistas, eventos con conceptos muy trabajados y una complejidad de organización enorme, como se pudo ver en Madrid en 2011 o más recientemente este año en Nueva York. De todos modos, los festivales son los partners y los vehículos perfectos para mostrar diferentes proyectos de Red Bull en música, sea la Academy, el Tour Bus, los Red Bull Studios, etc. Y además, como patrocinadores, creemos que es necesario apoyar el tejido y la industria musical en cada país, y más en momentos tan duros para los festivales como éstos.
Recientemente habéis abierto la tercera convocatoria para la residencia para músicos en la Nave de Música en Madrid, un proyecto muy ambicioso para dar una oportunidad a bandas o artistas con un gran futuro. ¿Habrá alguna residencia en otras ciudades españolas? ¿Aumentaréis el número de residencias?
Las residencias tienen sentido dentro de las instalaciones de la Nave de Música y el Red Bull Studio. Fuera de ese entorno, se hace complicado extenderlas a otras ciudades. En principio, seguiremos con un número similar, para que los artistas seleccionados puedan desarrollar sus proyectos con el tiempo suficiente.
También en el mismo sentido lleváis ya un par de ediciones de la RBMA Bass Camp, otro proyecto que ha reunido a los jóvenes talentos que se engloban dentro de la música bass. ¿Qué conclusiones sacáis después de estas dos ediciones? ¿Hacía dónde se dirige el futuro de la cultura electrónica en este país?
Bueno, en Bass Camp se dan cita artistas de muchos estilos musicales, no sólo de bass, aunque es cierto que ahora está siendo una corriente predominante. La valoración de estas dos primeras ediciones es que hay una cantera de artistas en España con una proyección brutal. Muy jóvenes, con grandes ideas y un dominio de la tecnología increíble. Si hubiesen nacido en otro país probablemente estarían sonando ya mucho más incluso, pero en España hasta ahora no hemos sabido o podido exportar apenas artistas con gran proyección internacional. Puede ser debido a muchos factores, pero no desde luego a la calidad de sus propuestas…
La verdad es que después de la celebración de la Red Bull Music Academy en Barcelona y Madrid, parece ser que le habéis cogido el gusto a organizar eventos en España. ¿Cabe esperar nuevos proyectos, además de los que ya se han asentado?
Estamos muy satisfechos del resultado de ambas ediciones de la Academy en España. Seguiremos haciendo cosas, sin duda, aunque es ya muy difícil que volvamos a ser anfitriones de una edición de la Academy anual. Nos sentimos muy afortunados por haber podido organizar dos. Pero en este sentido, seguiremos haciendo eventos relacionados con la Academy en nuestro país. Habrá noticias frescas en breve…
Hablando ya de la Red Bull Music Academy en sí, se ha convertido en un evento único que ha cambiado el panorama de la música electrónica y de baile. Son muchas ya las voces y personajes clave que han participado en conferencias, talleres o actuaciones. Cabe decir que incluso habéis recuperado a figuras clave que ya se habían retirado, como puede ser el caso de Giorgio Moroder. ¿Os sentís responsables del cambio o de la evolución que pueda sufrir esta cultura? ¿Habéis alcanzado vuestro techo u os proponéis conseguir algo más, ampliar horizontes?
La Academy no deja de ser un catalizador, un entorno único donde se reúne bajo un mismo techo a artistas y músicos que han escrito la historia de la música de los últimos 40 años con los que lo están haciendo en la actualidad y en el futuro más cercano. Ése es su gran activo: dotarles de un espacio que ayude a inspirarles mutuamente y a crear con total libertad. Todo lo demás, viene de su parte. De todos modos, cada nueva edición es un paso más allá. Lo de NY este año ha sido increíble, pero ya estamos preparando la edición 2014.
En los últimos años hemos visto como muchos artistas se han acercado al mundo audiovisual y han complementado sus trabajos musicales con imágenes. Ahora habéis estrenado Going Visual! También celebrado en la Nave de Música del Matadero en Madrid. En él podremos ver obras audiovisuales de algunos de los artistas más influyentes de los últimos años. Es un evento único o planeáis repetirlo?
Going Visual! es un ciclo muy interesante, porque acoge propuestas que, en muchos casos, no se habían podido ver en España, o en Madrid, hasta ahora. Es uno más de los contenidos que proponemos en la Nave de Música (charlas, talleres, sesiones, de estudio, residencias…). Y dada la buena acogida que está teniendo, es muy probable que tenga continuidad.