Título: IN WATER
Año: 2023
Duración: 61 min.
País: Corea del Sur
Dirección: Hong Sang-soo
Reparto: Shin Seok-ho, Ha Seong-guk, Kim Seung-yun
Guion: Hong Sang-soo
Reparto
Música: Hong Sang-soo
Fotografía: Hong Sang-soo
Sección: Encounters
Nota: 8.1
COMENTARIO CRÍTICO
Vaya por delante que quien esto escribe dista mucho de hallarse entre la multitudinaria parroquia crítica que le bebe los vientos al coreano Hong SangSoo. Digamos que no comulgo con la reincidencia en la reincidencia que lo caracteriza. No solo en lo que concierne a sus argumentos, sino, sobre todo, en el abuso del desaliño y la simpleza escenográfica que, en mi opinión, tanto se le tolera como virtud. Con todo, no me cuesta confesar que ese desdén profesado ha visto menguada su virulencia por cuanto desde hace ya varias temporadas algunos títulos suyos me han llegado a cautivar. Desde luego IN WATER, por fortuna, se cuenta ya entre estos últimos. La última propuesta del creador de EN LA PLAYA SOLA DE NOCHE, cómo no, tiene como protagonista a un director de cine. Sin embargo, en esta ocasión es un primerizo. Se trata de un actor que quiere debutar tras la cámara rodando un cortometraje. El film se acerca a las precarias condiciones de ese rodaje de un fin de semana, en una isla de playas rocosas, con la ayuda de un equipo de rodaje compuesto únicamente por un cámara, una actriz y él mismo desdoblándose también como actor. Sin lugar a dudas, IN WATER supone un particular hito en la prolija trayectoria de su autor. En él impone un elemento escenográfico de muy ostensible magnitud: la mayoría de los planos están desenfocados; en concreto, todos los exteriores y uno solo de los de interior. Semejante efecto distorsionador parece abundar en la vicisitud dramática en la que más centra su interés significador el cineasta coreano: la desazón por parte del principiante director ante la suma carestía de las condiciones de producción del corto. Todo el film exhala esa indecisión, ese apuro: la soledad de los tres personajes, las comidas tan baratas, la confesión del director sobre sus ahorros. Sin embargo, puede que sobre la decisión de ese casi continuo desenfoque también gravite la idea de la inseguridad que aquel tiene sobre la historia sin guión que va a contar: esa nebulosa apunta al caos de nerviosismo creador que merodea sobre él. Acaso sea, prosigamos con las hipótesis, porque mediante ese efecto emborronador consiga rodar, convocando un respetuoso pudor observativo, un sepulcral plano de cierre absolutamente inolvidable en el que realidad, metacine y deriva subjetiva del protagonista se funden en una lenta inmolación abstraccional. Las respuestas a los dilemas sangsoonianos hay que buscarlas en el horizonte. IN WATER lo tiene.