Con motivo del conjunto de conciertos organizados por Heineken bajo el lema de Heineken Music Selector, se celebró el sábado 24 de Septiembre en la Sala Vivero de Málaga, el concierto del grupo vasco Delorean.
Foto: Sstrong para sceneinthedark.com
Con la apertura de puertas a las 22:00 horas ya se pudo vislumbrar cierto desasosiego con respecto a la asistencia de público, y es que parece que la vuelta a los quehaceres y habitualidades cuesta mas de lo esperado, y Málaga no estaba lo suficientemente “abarrotá” de publico selector como para llenar la sala. Aún así, y como era de esperar, conforme se fue acercando el momento de empezar el concierto, la sala fue llenándose hasta conformar una más que digna media entrada.
Algo pasadas las 23:00 horas hicieron acto de presencia Delorean. Hay que resaltar, antes de continuar con la crónica, que asistir a un concierto de Delorean (al igual que pasa con muchos grupos que se nutren de electrónica) implica un desconcierto casi total a la hora de reconocer sus canciones, pues estas pasan de unos habituales cuatro minutos, a convertirse en nueve y doce minutos por cada tema, y en otras tantas ocasiones, hilvanando una con otra, lo que hace casi imposible su distinción. Pero es que con ellos no debes ir a intentar confeccionar una set-list cojunada, lo único que debes hacer es dejarte llevar y que tu cuerpo sea el que hable. Olvídate de tu mente. Free your mind.
Y eso es lo que consiguen sus directos, pues si ya de por sí escuchar su música hace que el cuerpo tenga movimientos constantes, y a veces, hasta involuntarios; el directo te arrastra, te obnubila y te convierte casi en un epiléptico al ritmo que ellos te marcan. Tocando sus dos últimos trabajos, Ayrton Senna y Subiza, y gracias a temas como Stay Close, Real Love o Seasun hacen que durante todo el concierto no puedas pensar, y te conviertas en un mero instrumento al servicio de sus efectos, golpes de batería y guitarra. Con una ejecución mayúscula, un sonido inmaculado y sudor a borbotones se hace más que imprescindible verlos en directo alguna vez.
Por ponerle una única pega, la brevedad de su directo, pues apenas se nos despachó en hora y cuarto.
Así que, ya solo queda, como dicen ellos en su Real Love:
“Will we ever meet again, will we ever?”
