Cronica Lori Meyers Madrid 2013

Aparecimos en la madrileña sala Riviera pocos minutos antes de las nueve (no pudimos llegar a ver a los granadinos Pájaro Jack) dispuestos a ver que nos deparaba esta noche de Lori Meyers.

Bastante puntuales y acompañados de una gran puesta en escena que me recordaba a su portada de Impronta comenzaron a sonar casi las primeras guitarras de Intromisión. Esta intro, bastante alargada, terminó de captar la atención de todo el público, como si no la tuviesen ya!

Tras los preámulos primeras descargas a cargo de Planilandia, durante todo el primer set de canciones se fueron alternando temas de todos sus discos, para poner de acuerdo a los fans enamorados de sus primeros trabajos y a los que se han subido al fenómeno Lori más recientemente. En lo que no hay duda es que el directo de estos chicos de Loja es un auténtico derroche de potencia y energía. Con esa energía pudimos oír Corazón elocuente, Dilema, Tengo un plan, Zen, Impronta, Castillo de naipes, Una señal y Luces de neón.

Después de esta ráfaga, donde el cariño y la precisión se mezclaban con la histeria,  Noni se quedó en un segundo plano para dejar que Álex, como de costumbre, se pusiese al micro con Explícame, a la que seguiría El Destino y se desató la locura con sus temazo Tokyo ya no nos quiere que engancharía con la espiral amorosa El tiempo pasará, De los nervios, Huracán, De superhéroes, Alta fidelidad y Emborracharme, donde aprovecharon para brindar mientras toda la sala estaba extasiada.

Pero este subidón se cortó con los siguientes temas Despedirse en el que se unió su amiga Anni B. Sweet, Deshielo, Luciérnagas y Mariposas y A-sinte-odio (aquí Ham a Cuckoo, hubiese entrado de lujo).

Por suerte los lojeños tenían preparada una traca final que puso la Riviera patas arriba, empezando con Religión a la que siguieron sin pausa ¿A-ha han vuelto? y Mi realidad, alargada al máximo con tintes psicodélicos para disfrute de los presentes.

La despedida navideña la hicieron tocando La caza con sabor a villancico y polvorones. Un gran espectáculo el que dieron estos Lori, como siempre, si en Matadero disfrutamos de un chupito corto, intenso rápido por la garganta, aquí fue un gin tonic floral; amargo, divertido, armonioso y ante todo equilibrado.

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