Kings Of Leon Come Around Sundown6

Kings of Leon

Come around sundown

[RCA Records; 2010]

Los nuevos llena estadios venidos de la América profunda sacan un irregular quinto disco. No te los pierdas porque tienen toda la pinta de pasarse por Benicàssim este año a curar las penas de los que se los perdieron en 2009.

Una nueva moda se extiende entre algunos de los pesos pesados de la escena independiente actual. Arcade Fire o Kings of Leon, grupos que se han lanzado a la piscina con más cortes de los dictados por los cánones comunes en esto de la producción musical. Un peligroso juego de malabarismos nada habitual, que no juega precisamente a favor de la cohesión del disco y que deja un regustillo caótico final. Aquello de no saber dónde meter este tema y dónde aquél por no querer lanzar al cubo de los descartes alguno de los más discretos, hace que nos veamos en la tesitura de tener a mano el botón de avanzar mientras escuchamos discos de dieciséis cortes.

Los Followill han solventado un disco sin complicaciones basándose en lo que saben hacer, un quinto trabajo que mira fijamente a las raíces de la música americana como en The End, que abre con un bajo musculoso y acompaña unos juegos vocales que ya nos dejan a las claras, por dónde van los tiros en este nuevo trabajo. Una constante que lejos de experimentar, se enquista en una posición conservadora en su sonido, lo que les está condenando a llevarse palos desde casi todos lados. Y yo me pregunto, ¿Cuándo fueron éstos especialmente innovadores?

Uno de esos punteos de guitarra pegadizos que tanto explotan nos avanza que Radioactive, la segunda canción del disco, será el single por excelencia y un auténtico hitazo. Aunque enseñando bien pronto sus mejores cartas, acaba perdiendo algo de pegada final para hacerla algo más plana. Factura clásica y previsible que acaba bien arriba acompañada por un coro que evoca los recuerdos familiares de los hermanos Followill, hijos de un predicador de la América profunda. Pyro y Mary en cambio, pasan con un aprobado bastante justo. La primera muy Band of Horses, pero sin la magia en las composiciones habituales de los de Seattle quienes consiguen casi sin querer, una emotividad muy superior. La segunda continúa urdiendo sin demasiado éxito la senda de las raíces del rock americano de otras épocas para acabar desangelada y en tierra de nadie.

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La voz es una de la puntas de lanza dentro del rock sureño. Voces profundas y de gran calidad cromática que sostienen en gran parte, la magia del estilo. En el caso de Kings of Leon, la cualidad sureña se precipita en defecto cuando la aptitud del grupo no está a la altura de la voz de Caleb Followill. Ocultar las carencias a cambio de una voz sobresaliente parece su único objetivo, sin éxito a la vista de cortes bastante prescindibles como The inmortals o Back down south, pese a todo entran dentro del aprobado general. En cambio The Face exprime en esta ocasión las mejores cualidades de la banda en otra de esas pistas que tan bien se les da, creciendo exponencialmente para acabar de forma espectacular en intensidad sin arder en el intento por las prisas de cerrar la composición antes de tiempo. Junto con Radioactive el mejor corte del álbum.

De aquí en adelante un desierto de medianías recorre el disco, un paseo peliagudo para el que escucha tratando de entender a qué viene tanta reiteración, tratando de diferenciar unos temas que suenan planos, demasiado monocromáticos como para quedarse con uno. Beach side y sobretodo No Money son dos ejemplos de lo que deberían ser esas canciones que pasas de largo en un buen disco, el resto podría haberse quedado en el estudio a la espera de algún recopilatorio de singles y rarezas varias. Pero por lo visto Angelo Petraglia y Jacquire King, productores de este "Come around sundown" no pensaban igual e incluyeron finalmente "cosas" tan sonrojantes como Mi amigo o Celebration con las que estoy seguro que ni ellos sabían dónde querían ir a parar.

Para ir cerrando el chiringuito no encontramos con un dejavú en forma de Radioactive (Choir remix), acompañada en esta ocasión por un coro góspel de esos que acostumbran en las iglesias americanas. El resultado final, pintoresco cuanto menos y refleja cuál era la intención del grupo al menos en un primer momento para esta canción, luego claro, los de arriba mandan y la otra seguro que vende mucho más.

Irregular largo en conjunto con una primera parte muy acertada hasta la mitad pero que se deshincha por su propio peso. Dieciséis canciones que le quedan grande a un disco conservador y donde los de Nashville han preferido mirar desde arriba para verlas venir. Una vez que has llegado hasta donde ellos están será lo más seguro, que no lo mejor.

Escucha el disco en Spotify: Come Around Sundown

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