Dear Science

Quienes vaticinaban de este álbum que iba a ser el reflejo más accesible -¿popero?- de esta banda de New York, acertaron. Lo que a lo mejor no suponían es que además este disco es claramente el mejor lanzamiento de TV On The Radio hasta la fecha. Querida Ciencia...

 

 

En contra de lo que puede parecer, esos matices que pueden hacer más accesibles algunas canciones no parecen seguir una estrategia de inmersión en el mainstream actual, sino más bien de ampliación del espectro musical que este grupo, imposible de etiquetar por definición, ya ha ido coleccionando desde su aparición en 2002.

 

 

Abrir un disco cantando “papapa papa...” ya es toda una declaración de intenciones pop. Halfway Home es uno de esos temas que llegan rápido y directo. Pero no se pueden alejar de su vena post-punk, guitarras alejadas, primeros loops de percusión, bases de teclado que van entrando poco a poco y... riff final demoledor... “paparapa...”. Uf, hay que bajar un poco el ritmo, ya está aquí su habitual soul-funk con Crying, guitarras más alegres y un registro más amplio en la voz de Tunde Abimpe, disfrutando de sus propios falsetes. Dancing Choose, siendo un buen tema, podría haber quedado fuera sin problemas por que no aporta nada nuevo exceptuando, eso sí, un acercamiento al hip-hop para seguir estirando la manta.

 

La primera balada del disco, Stork And Owl, parece encaminar lentamente esta primera parte del disco enseñando lo que será una constante de aquí en adelante, una orquestación exquisita -tanto clásica como electrónica- a cargo del culpable del sonidazo de este grupo: David Andrew Sitek -también “culpable” de otros discos como los de Liars, Scarlett Johansson o Yeah Yeah Yeahs-. Y llegó el espectáculo soul-electro-funk: Golden Age es una candidata a single rompepistas inmediato.

 

Pasamos el ecuador del disco con otra balada, Family Tree, donde Sitek no se corta y, sin vergüenza ninguna -ni modestia-, nos enseña que es capaz de hacer un tema a piano arreglado con un cuarteto de cuerda que adorarían los mismísimos fans de Coldplay -incluido el que escribe-. Y después de dejarnos boquiabiertos, estos solían hacer... ah, sí, ¡funk! Red Dress, bajo divertido, guitarras juguetonas, trompetas y a bailar. Un poco de descanso con dos medios tiempos, Love Dog y Shout Me Out, donde destacan los loops de percusión y la intensidad creciente. Su vena más post-punk. No, no, no las paséis, ¿he dicho descanso? Shout Me Out tiene una traca final de dejarte sin respiración.

 

Ojo que esto se acaba y aquí sigue el post-punk más potente de la actualidad. En DLZ descargan toda su rabia dejando un tema para que nadie pueda decir que nunca superaron Staring at the sun. Temazo. Despedida, suena Lover's Day y se cierra el círculo. Batería, trompetas y voces cercanas al pop, eso sí, un pop preciosista e instrumentado que nada tiene que ver con el que abre el disco, sino que augura nuevos tiempos para este grupo o que quedará como rareza experimental del grupo.

 

Sin duda alguna y, a pesar de la incomprensible falta de ideas para realizar una portada acorde con este gran disco, este Dear Sciene es un firme candidato a aparecer en el top ten anual de todas las revistas con algo de gusto musical. Seguid así, chicos.

 

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