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Animal Collective

Centipede Hz

[Domino; 2012]

9


De todos es sabido que Animal Collective no dejan nada al azar, por supuesto la portada tampoco. Cuando en 2009, en aquel viaje de nombre “Merriweather Post Pavilion” tras quedarse uno bizco mirando la portada viviente arrancaba “My Girls”, el clímax condesaba en la habitación hasta empañar los cristales de manera inmediata, todo tenía sentido.

Mirando la portada de este “Centipede Hz”, y suponiendo que sea un claro reflejo del disco, vemos un disco feo, inaccesible, denso, nada de fórmulas inmediatas, la apertura “Moonjock”, con tintes de rock industrial, confirma las previsiones, este disco de los Baltimore es un salto al vacío donde el paracaídas lo va a tener que poner el oyente.

Centipede Hz” mezcla de manera perfecta el sonido añejo del grupo en discos como “Feels” con la experimentación más inaccesible de “Strawerry Jam”. Así, en el single ya conocido “Today's Supernatural” encontramos esos gritos ya clásicos retorcidos con la orquesta de “cacharros” ,un “deja vu” de principios de decada. Pero si de Animal Collective tenemos que destacar algún adjetivo, esa es la sorpresa, esta vez en forma de composiciones más pop y mucho más corales, hasta elaboradas, como “Rosie Oh” que podría haber estado firmada por los mismísimo Beatles y sobretodo “Applesauce” con el mismo espíritu aderezada con de tintes tropicales.

Tal vez, la noticia más importante que ha producido el disco ha sido el regreso al redil de Deakin, que se ha transformado en una vuelta poética explícita y musical, ya que el colectivo ha mirado más hacia sonidos antiguos que a una posible evolución de Merriweather, canciones cálidas y serenas  como “Father Time” demuestran que los animales están algo más calmados y no tan estridentes ni acelerados como los esperábamos.

Es cierto que el factor sorpresa en forma de ritmo vertiginoso  en muchas de las canciones se ha perdido, porque se ha optado por otros derroteros más tranquilos o más convencionales  en la estructura pero nada formales en la resolución. “New Town Burnout” es una joya escondida en mitad del disco que confirma el espectacular estado creativo en el que se encuentra Panda y los suyos, canción de baja frecuencia y pulsación con arreglos futuristas que parecen llevar a la deriva toda la canción en un balanceo hasta  un estribillo instrumental espectacular, sí esa es la palabra, dando paso en un fundido perfecto a “Monkey Riches”. Mucho más reconocibles este tono de voz y esa percusión más primitiva más propia de antiguas producciones de los de Baltimore.

La tónica general de este nuevo disco es el  desorden, el caos, nada parece tener sentido, salvo cada canción, que tiene su propio orden, desde la feliz “Mercury Man” pasando por la magrebí de acento hawaiano “Pulleys”  hasta el cierre con “Amanita” con tilde psicodélico y un epílogo de subida eterna hasta desnudar toda la instrumentación con épica final incluida en un aporte majestuoso al disco, con una letra que puede servir de guía para este disco, “I'm gonna come back and things will be different”, han vuelto y esta vez las cosas han sido diferentes.

Mucho más difícil de asimilar, mucho más difícil de recordar, menos efectista, con menos parafernalia, mucho menos popular pero con el mismo talento o más que se predecesor, un disco donde Animal Collective vuelven a retorcer su propio sonido hasta conseguir la desorientación y un clímax con el oyente en casi cada canción que hoy en día no demasiados grupos consiguen, sobresaliente disco para el colectivo, esta vez sí, al completo.

Puedes escucharlo en Spotify: Animal Collective – Centipede Hz

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