PIR

LAURA MARLING

PATTERNS IN REPEAT

Partisan

Nota: 8.45

Comentario crítico:

Laura Marling afrontó su nuevo trabajo con su propia maternidad muy presente. Temas como Child of mine o Lullaby lo demuestran. Aunque lo que llama más la atención es el marcado tono intimista de este Patterns in repeat. De hecho, ambiente más propicio imposible, está grabado en su sala de estar. Ahora bien, íntimo no tiene por qué significar un instrumento y voz; a lo largo del disco se oyen violines, violas, cellos, pianos, mellotrones y percusiones, entre otros. Un folk distinto, con más elementos. 

La citada Child of mine es la canción de apertura, que, para sorpresa de nadie, está dedicada a su hija. La guitarra acústica es el instrumento protagonista, acompañada también de coros, un piano y otro eléctrico. Más tarde oímos la curiosa voz de la artista británica describir -prácticamente- una historia costumbrista acerca de su retoño. De Patterns lo que más destaca es, por un lado, el preciso fingerpicking de la guitarra y, por otro, la letra en segunda persona del singular. Si bien esto no es infrecuente en inglés, no es tan común en español o en portugués. Your girl es una de esas piezas crípticas de la cantante. Podría parecer por la letra que se dirige a alguien que falleció, pero perfectamente se pueden dar más interpretaciones. Es una de las composiciones más íntimas en cuanto a la puesta en escena. Están presentes, además de la voz (al estilo Tom Waits, pero sin rasgar), la guitarra, unas cuerdas ocasionales y los coros.  

No one’s gonna love you like I can presenta, a través de las cuerdas, una tensión interesante, que acompaña a una escueta y llamativa historia. Contiene, en definitiva, los ingredientes justos para que este cuarto corte funcione a la perfección. En The shadows, siguiente pista, se aprecia un gran trabajo lírico unido a unos arpegios de guitarra y a arreglos de cuerdas que los acentúan. Es una de las canciones más notables del álbum junto a Your girl y la homónima. A continuación, suena un interludio de mellotrón un poco cansino debido a la nota pedal, en adición, los arreglos y licks no lo acaban de enmendar.  

Cambiamos de tercio con Caroline, que entraña otro buen patrón de guitarra y las cuerdas mencionadas (prácticamente presentes en cada tema). La voz, por la línea melódica tan cambiante y el timbre, recuerda a Joni Mitchell. Looking back va en la misma línea, pero aquí se incluyen coros y su letra es más nostálgica. Lullaby es, como su propio nombre indica, una nana. La maternidad de nuevo presente a través de un ambiente tanto en lo lírico como en lo musical (la guitarra, las voces...) muy agradable. Su versión instrumental cierra el disco, pero queda hablar primero de otro de los fuertes del disco; Patterns in repeat. De nuevo se presenta el trinomio de la voz, la guitarra y los arreglos de cuerda. La narrativa está muy bien construida, las voces están dobladas, dando sensación de empaque, y tenemos, además, la inclusión de varios elementos percusivos, como el triángulo o una sección más reducida de una batería con un tambor y un plato. Incluso suena un buzuki, instrumento de cuerda griego, lo que hace a la pista homónima más original si cabe. Finalmente, se halla la mencionada Lullaby como instrumental. La guitarra arpegia los acordes y melodía unida a unas cuerdas sosegadas.  

Patterns in repeat es un álbum muy meritorio en el que las ingeniosas y crípticas letras están bien acompañadas por los elementos musicales. En un principio puede parecer austero, pero nada más lejos de la realidad. Es una soberbia y profunda lección sobre cómo el menos puede ser más. 

 

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