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CARTAS DA GUERRA, de Ivo M. Ferreira

NOTA: 8

Basado en un texto de Antonio Lobo Antunes, CARTAS DE LA GUERRA. CORRESPONDENCIA DESDE ANGOLA, lo primero que cabe decir de la adaptación cinematográfica llevada a cabo por Ivo. M. Ferreira es que en modo alguno sucumbe al peligro de un texto de las características epistolares, intimistas y expresivas que pergeñan el material autobiográfico original. Su arriesgada propuesta escénica no se achanta ante el carácter abiertamente subjetivo a partir del cual el imprescindible autor luso trató de saldar cuentas con el angustioso pasaje biográfico evocado en esas páginas.

El realizador no tarda en advertir al espectador de que el modo privilegiado por su personal acometida distará mucho de ceder a la tentación de urdir un tejido argumental lineal, clásico, extraído de la concatenación de hechos expuestos a través del repaso memorioso, ordenado con estructura de diario personal, que presta el texto de Lobo Antunes. Ferreira afronta la adaptación acatando el planteamiento escogido por el novelista, y, de resultas, lo que se nos propones es una suerte de mostración audiovisual, que abole la posibilidad de la lógica causal de acontecimientos, en la que la palabra escrita se superpone a la imagen cinematográfica.

El respeto a la narración epistolar obliga a la imposición incesante de una voz en off que recita el texto original: las palabras contenidas en las cartas que el propio Lobo Antunes escribe a su esposa cuando a partir del momento en el que es llamado a formar parte de las tropas lusas que lucharon en la guerra de Angola a principios de los años setenta.201607442 5 IMG 543x305 Ella está embarazada de cuatro meses. Las líneas escuchadas, en primer lugar, convocan el profundo dolor del hombre que debe abandonar temporalmente a sus ser más querido, sin saber si va a volverlo a ver, siendo consciente de la peligrosa cita bélica a la que acude. El sujeto amante convocando a la figura de la amada mediante la palabra. La escritura actuando en calidad de conversación imaginaria, en calidad de recurso mediante el cual emplazar una presencia imposible: el tú abandonado, lejano, fantasma de añoranzas, aplazamientos y deseos.

La película atiende a esta dispersión subjetiva, a este balbuceo constante entre la realidad que afronta como médico (y como soldado) situado en un confín muy comprometido y la realidad de sus constantes llamadas literarias, íntimas, a la figura de la esposa y a todo lo que ella representa: el tiempo esquilmado, la felicidad quebrantada, la necesidad del retorno, la consciencia de que el conflicto lo está cambiando, la magnitud desquiciante y desesperada frente a ese cambio. El realizador armoniza sendas necesidades dramáticas yuxtaponiendo a la voz recitante de los hermosos, declamativos, arrojados textos los distintos pasajes de la estancia del soldado en el enclave angoleño, sin que jamás estos se reproduzcan atendiendo a una concatenación de escenas clásicas.

Vislumbramos instantes, acciones, flashes, encuentros, mínimas conversaciones, todos ellos ensamblados de modo cortante, poco duradero, sin verse apoyado, la mayoría de las veces, por el texto escuchado. Se logra así poner en evidencia la fractura emocional del individuo que genera las palabras escuchadas y es testigo de las imágenes en cuadradas. La realidad es un caos, un fondo, una concreción a evadir. Lo verdaderamente real es la necesidad de verbalizar el ansia por volver. Poco a poco, Antonio va a tomar conciencia de su propia desintegración; de ahí que el flujo de imágenes reclame ese orden estallado. Espléndidamente ejecutado, Ferreira utiliza un blanco y negro como recurso que abunda en este efecto de necesidad de fuga tan insistentemente proclamada por el protagonista. Febril, desesperada, compleja, ardua y abundada de constantes apuros, CARTAS DE GUERRA salda su decidida apuesta por la complejidad expresiva de modo convulsamente certero.

 

QUAND ON A 17 ANS, de André Téchiné

Nota: 8.2

Sin duda alguna, André Téchiné, pese a que durante las dos últimas décadas no ha sabido brillar a la altura de las grandes obras deparadas en los años noventa, sigue siendo uno de los veteranos de lujo que posee el cine europeo. Por fortuna para quienes veneramos trabajos suyos de la categoría de LOS JUNCOS SALVAJES o LE VOLEURS, la presente QUAND ON A 17 ANS nos permite reencontrarnos con el maestro de la indecisión significativa, la delicadeza escrutadora y la sensorialidad escénica. Esta última obra consigue volver a acumular con fluidez, frescura y tacto todas y cada una de las versátiles singularidades contempladoras de las que ha hecho gala el gran director francés.

El film nos presenta a dos adolescentes que comparten aula en el mismo centro escolar. Son Damien y Thomas. Damien es el hijo de la médico de la pequeña población montañosa en la que viven. Thomas es el hijo adoptado de un matrimonio de ganaderos que viven en una casa bastante alejada de la población, sita en un alto y solitario enclave de difícil acceso. QuandEl arranque del film nos presenta a los dos protagonistas enfrascados en continuas peleas entre ellos. Sin mediar explicación alguna, movido acaso por una cierta altanería académica de Damien, Thomas, mucho peor estudiante, busca siempre gresca con él. Marianne, la madre de Damien tratará de que ambos cambien de comportamiento, provocando un acercamiento entre ambos que resultará crucial en la inercia emocional de ambos.

Como ya ha quedado expresado, QUAND ON A 17 ANS sorprende porque viene a servirle a su director como una especie de prueba mediante la cual demostrar que ha recuperado la plenitud de unas facultades que, para muchos, habrían quedado convertidas en cenizas provenientes del esplendor de pasados tiempos mucho mejores. Desde el primer momento (esos rápidos movimientos de cámara siguiendo el itinerario de un río que, tras acceder a un túnel, viran el verdor del paisaje en estío encuadrado a uno radicalmente opuesto en el que lo inunda un contundente blancor de nieve invernal: quizás reflejo de la mutabilidad y la radicalidad de carácter inherente a la edad de los dos jóvenes), Téchiné da muestras de estar plenamente capacitado para estar a la altura del tacto, la agudeza y el rigor contemplativo que le exige el honesto material escrito por él mismo en colaboración con Céline Sciamma.

El film evita la obcecación en la previsible historia de descubrimientos sexuales y afectivos entre dos hombres, disponiendo que durante buena parte del metraje ésta no es del todo evidente sino que, en primer lugar, se imponga una certera descripción de las circunstancias que los rodean a ambos. Detalles como la querencia de Thomas por la granja de sus padres, el afán boxeador de Damien, la importancia del carácter conciliador, dialogante y comprensivo de Marianne, los irreprimibles brotes de violencia que se desatan entre ambos, así como la importancia dada a la mostración del paisaje escarpado del lugar (Téchiné logra que este trascienda su mera condición de elemento de fondo para sancionarlo como elemento expresivo de las dificultades de la edad en la que se hallan los protagonistas, asumidos ambos como elevaciones llenas de irregularidades, zonas raspadas y pulcros abismos insondables), confluyen tersamente gracias a la paciencia mostradora con las que los hace confluir el autor de MA SAISON PRÉFERÉE

El film nos habla sin tapujos y sin obviedades, mediante significaciones mucho más deslizadas que expuestas, sobre la dificultad en la canalización de los sentimientos recién descubiertos, sobre la desazón propia de ese fluido afectivo irrefrenable, sobre la pugna inocente y dolorosa que se desata cuando éste se transforma en torrente, se desborda e inunda. Téchiné mima este duelo de puros desafíos dolientes y vigorosos aplicándoles indómita frescura, espacio encuadrativo amplio y celador, leve contundencia perspicaz y respirable. Excelente noticia la que depara, en definitiva, esta hermosa QUAND ON A 17: André Téchiné ha vuelto a abrir la ventana de su indefinible propósito indagador.Wochen

 

24 SEMANAS, de Anne Zohra Berrached

Nota: 1

Dantesco melodrama germano. 24 SEMANAS, de Anne Zohra Berrached cumple una por una todas y cada una de las reglas de la trampa cinematográfica. La directora no se muestra capaz en ningún momento de maquillar las tremendas vacuidades de un guión a todas luces digno de haber quedado para siempre encerrado en la caja de proyectos inviables de la peor productora de telefilmes.

El film nos presenta a una monologuista cómica de mucho éxito, que está embarazada. Durante una de las revisiones, a ella y a su pareja le es anunciado que el niño que está en su vientre padece Síndrome de Down. Ambos y la mayor parte de su entorno, tras la lógica decepción del principio, encajarán perfectamente la noticia. La sorpresa será mayor cuando al poco tiempo en otra cita con un ginecólogo este advierta una grave anomalía cardiovascular en el pequeño. Debe ser sometido a una peligrosa operación, que, además, no garantiza el pleno éxito. El fantasma del aborto se impone. La ley contempla esa excepcionalidad. La madre tiene de tiempo para decidir hasta que el feto cumpla 24 semanas.

El principal reparo de esta horrenda producción es la absoluta inconsistencia de un libreto que apuesta toda su urdimbre a una única (y por tanto reiterada) baza: el seguimiento casi clínico del embarazo de la protagonista. El relato no propone jamás ni un solo meandro narrativo que se aparte de ese objetivo. Esto no sería un error tan mayúsculo sino fuera porque el cumplimiento de éste último condiciona también la nula conflictividad aplicada al desarrollo de éste. Paz, armonía y comunión abnegados y tristes. Sólo de tan blanda nadería dramática se nutre la historia. Ni más descripción de caracteres, ni más ahondamiento en la relación de todos ellos. El film no sabe elevarse nunca de su monótona trama parturienta. Para más inri, la realizadora se reserva para el final una auténtica cumbre del subrayado, el morbo y la repugnancia exhibitorias : tras explicar hasta por medio de dos médicos distintos en qué va a consistir la intervención definitiva sobre el feto, aquella tiene el empacho de rodarla con todo lujo de dolores e inyecciones. Un espanto telefílmico, raquítico, machacón y manipulador.

 

 

 

 

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