¿A qué esperas?
Hace unos días podíamos leer en la sección de cultura de El País una entrevista entra sidras al gran David Simon, creador de la mítica The Wire o Treme. En esta genial entrevista, Toni García además de cogerse un buen pedo con él le preguntaba acerca de algunas series que se encuentran en el candelero. Ante la expectación que parece haber generado Breaking Bad, una seria que pasó del Indie al Mainstream en su tercera temporada y ante la que algunos medios como Playground la han bautizado como el final más esperado de la historia, Simon sentenció “¿Breaking bad? Está muy bien aunque no es para mí: digamos que soy menos de Hamlet que de Ricardo III”.
Entre tanto charlar un nombre se cuela en la entrevista, Orange Is The New Black ante la que el creador de “Generation Kill” comenta que “La serie más brillante que hay ahora en televisión es Orange is the new black. Jamás había habido una serie con tantos personajes femeninos brillantes: Jenki Kohan [la creadora de la serie] ha dado en el clavo”.
Tras cocer a fuego lento estas palabras, hemos optado por comprobar si el bueno de Simon está chocho o le está haciendo un favor a alguien y tras una semana embobado frente al televisro podemos decir que “el viejo tiene su mojo intacto”. La serie está producida por Netflix, una cadena televisa en streaming que ya produjo House Of Cards de Fincher y Spacy y que su irrupción televisiva será la gran noticia de este 2013. Esta seria creada por Jenji Kohan (Las chicas Gilmore) narra las “aventuras” en una penitenciaria de un grupo de mujeres.
De primeras puede parecer un argumento manido, más si cabe cuando la serie arranca con Piper Chapman (Taylor Schilling), una pija revenida entrando en prisión como el que entra a un centro comercial hablando de vestidos, zapatos y bodas. Nada más lejos de la realidad, la entrada de “Chapman” en la penitenciaria servirá como hilo conductor para darnos a conocer al resto de personajes. Unos personajes que conoceremos mediante el modelo de Flashback, algo que ya hizo “OZ” pero sin ser tan ordenado y por supuesto quitándonos gran parte de la violencia explícita que “Oswall” nos regalaba.
A medida que la serie avanza los personajes toman profundidad, cada gesto, cada arruga, cada guiño conlleva un drama, las decisiones que se van tomando hacen de este paseo penitenciario un vaivén difícil de predecir. A pesar que en el casting predomina el género femenino nos encontramos con guardas masculinos que ayudan, abusan o interaccionan con las reclusas, de entre los papeles masculinos cabe destacar la recuperación de Jason Biggs, que prueba suerte en la televisión con un papel con ciertas similitudes al que le catapultó a la fama en la saga “American Pie”.
Orange Is The New Black tiene una única temporada, aunque Netflix ya ha informado que la segunda está de camino, esta primera temporada está compuesta por trece capítulos de 55 minutos en los que el drama se mezcla con el humor y sobretodo con la naturalidad de la vida cotidiana, posiblemente una de las mejores series de este 2013 y no lo decimos nosotros, lo dice David Simon. La música, por cierto, a cargo de Regina Spektor:
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