Critica Juicio A Una Zorra Granada

El teatro Alhambra acogió el pasado 10 y 11 de noviembre la obra “Juicio a una zorra”, escrita y dirigida por Miguel del Arco e interpretada por Carmen Machi. Con estos nombres en la palestra, SMZ no podía perder la ocasión de disfrutar de uno de los mejores espectáculos teatrales que pasará por la capital granadina en esta temporada.

Seguramente esta fuese una de las piezas más esperadas en el teatro Alhambra este año, y queda demostrado siendo la portada de la guía de su programación de temporada y habiendo dejado sin entradas las dos funciones programadas.

Las expectativas eren muy elevadas  con razón, la obra llegaba avalada por su éxito en toda su gira tanto de crítica como de público desde su estreno en el Festival de Teatro de Mérida (edición de 2011).

“Juicio a una zorra”, montaje que interpreta en solitario Carmen Machi, no defraudó. Dirigida y escrita por el premiado Miguel del Arco, al que hay que felicitar por un texto, a mi parecer, brillante.

Carmen-Machi-juicio-zorra

 “Conozco la tendencia de la masa humana a comportarse como un solo idiota. Espero que hoy me haya tocado una masa menos compacta.” Tras esta consideración sobre su juez, que a la vez es su público, Helena comienza a relatar la historia de su vida, desde su mirada subjetiva, que difiere a la que está escrita en los libros. La acompaña durante todo el espectáculo una cantidad inacabable de botellas, copas y un haz de luz blanca que la sigue al compás que marcan sus pasos alrededor de la sala.

Desde el comienzo, la presencia de Helena es imponente. El La mujer más bella de Grecia se presenta ante nosotros con un sugerente vestido rojo y su melena rubia. Carmen Machi desprende sensualidad, un magnetismo que te atrae desde el primer momento y te hace suya, moviéndote a su antojo a través de todos los registros que despliega durante los 60 minutos que aproximadamente dura el espectáculo. Pasa de la carcajada al llanto en un instante, siempre manteniendo una admirable tensión en su físico y en su voz, desgarradora e intensa.

La historia escrita por Miguel del Arco, recorre la vida de Helena, tratando los abusos que recibió desde que apenas sumaba nueve años por su primer marido Menelao, y más tarde por Agamenón, a los que critica y despelleja sin pelos en la lengua como también hace con su padre, Zeus. Todo ello mientras bebe sin control una mezcla de vino y una pócima secreta, que le hace ser inmune al dolor. Es toda esta historia odio y desencanto con la vida, hasta que aparece Paris, heredero de Troya, el amor de su vida y el motivo que desencadenó la conocida guerra. Es hablando de él cuando Helena se muestra más feliz y orgullosa de sus actos, se deshace, se excita y se rebela con todas sus fuerzas, atraviesa con su mirada que entremezcla a partes iguales amor y odio, a cada uno de los asistentes que observamos clavados en nuestras butacas el brutal derroche de energía que nos brinda la Machi.

El final, para mí el único punto que revisaría, interpretando Helana el aria de Berlioz “D'amour ardente flamme”, acaba con una Helena exhausta, derrotada, y que por el propio desgaste de la actriz en escena, no permite que luzca como debiera.

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