Blues sucio y altas temperaturas en la noche del sábado de la pasada semana. El lugar, la madrileña “La Boca del Lobo”. Los protagonistas: Guadalupe Plata. No apto para gatitos.
Foto: Nieves Solano
A media hora del comienzo de la actuación de los jienenses Guadalupe Plata, la cola en la puerta de La Boca del Lobo anunciaba algo bueno y malo a la vez, pero cuanto menos interesante. Los que ya conozcan la sala sabrán que en cuanto se llena, la sensación de agobio y la poca visibilidad pueden llegar a ser insoportables, pero igualmente coincidirán conmigo en que la sala consiguió rodear a la banda y al público en el ambiente adecuado para la propuesta musical que se nos ofrecía.
Foto: Nieves Solano
Con el local totalmente lleno subieron al escenario y ocuparon sus puestos (guitarra, batería y bajo-barreño) para dar comienzo a su actuación con ‘Serpiente Negra’, tema con el que abren su disco homónimo. Desde ese momento hasta el final del concierto, el trío se dedicó sólo y exclusivamente a tocar de la mejor manera posible su música, sin interacción alguna con el público de la sala. Y bien que hicieron, pues cada una de las canciones que sacaban de su repertorio acrecentaban más y más la atmósfera ocsura (y sensual) que la noche había tomado.
Salvajes y directos con ‘Pollo Podrío’ y ‘Esqueleto’ rompieron el hielo, y se empezaron a ver los primeros indicios de baile descontrolado por parte del público, que en canciones como ‘Como una Serpiente’ dichos los bailes se convierten en puros impulsos instintivos.
Foto: Nieves Solano
Teniendo en cuenta el estilo musical del que hablamos, y el toque personal que la banda le ha añadido, la línea que separa la distorsión y los riffs del más molesto de los ruidos se hace especialmente delgada. Y en (contadas) ocasiones esto se pudo comprobar en la actuación de Guadalupe Plata. Hablando de aullidos, llegó uno de los momentos de la noche, con la bestial ‘Gatito’ seguida de ‘El Boogie de la Muerte’ y ‘Lorena’: éxtasis colectivo y placer sólo comparable con lo que (creemos) que se siente al matar a un gatito.
Finalmente remataron la faena ayudándose del público con ‘Baby Me Vuelves Loco’ y la que puede ser su canción con tintes más clásicos, ‘Jesús Está Llorando’. Llegaron así al final de su actuación, dando las gracias por el caluroso recibimiento del público madrileño, entre los que había de todo sin excepción. Y es que está claro que aun se sigue haciendo música que no entiende de modas, y bandas con talento como Guadalupe Plata, capaces darnos a los oyentes y al público en general la variedad que parecía ausente en el panorama musical.
