La sala Apolo se llenó hasta la bandera para recibir el concierto de Dorian, la ciudad de Barcelona celebraba la vuelta a casa del grupo, en una de sus últimas fechas de la gira con motivo de la presentación de su tercer disco: “La ciudad subterránea”.
Después de una pequeña espera se apagaban las luces y la banda aparecían en escena, quinteto titular que iba a interpretar de manera trepidante tres canciones consecutivas de su último disco, entre las que destacó la entrada a los Paraisos Artificiales que narran sus letras.
El repertorio comenzó a mezclarse con temas de discos anteriores, Más problemas dejaba a las claras que en el auditorio se congregaba una gran cantidad de recientes seguidores del grupo, que entonaban con pasión las canciones del último disco, mientras que se mostraban más fríos ante las piezas de sus discos anteriores.
En otro tema emblemático como Corta el aire, se puede apreciar la evolución del directo de algunas canciones del segundo disco hacia sonidos con matices algo más rockeros, impulsado en parte por la nueva incorporación de Ramón a la batería acústica, tras la marcha de Jor que interpretaba la batería electrónica.
Hubo tiempo para algunas sorpresas como la versión de Lucha de gigantes de Antonio Vega y la colaboración en otras canciones de amigos de la banda. A estas alturas de la noche nos encontrábamos en el prólogo de un Domingo perfecto, que daba paso a una de las canciones más intensas y emotivas de su primer disco, Te echamos de menos.
Después de la chispeante Estudios de mercado; sonaba uno de los temas más esperados, Cualquier otra parte, que representó un momento épico de la noche y sigue siendo la auténtica canción bandera del grupo. Posteriormente el grupo dejaba el escenario después de interpretar otro clásico como Noche espiral.
Tras las ovaciones del público, la formación liderada por Marc y Belly se puso de nuevo sobre las tablas y soltó la traca final. Destacó especialmente el sonido de Solar, justo antes de que se desatara una auténtica Tormenta de arena para terminar, canción que se ha convertido en uno de los himnos de la banda y que puso patas arriba toda la sala.
Gran final de fiesta en el que no se echaron en falta grandes temas, salvo quizá alguna canción representativa anterior, como La playa bajo el asfalto, aunque no se puede tener todo. Dorian se despidió emplazando sus seguidores barceloneses a futuras ocasiones cuando publiquen nuevo disco, posiblemente el año que viene.
