Real Estate 1º

De la mano del Heineken Music Selector, recalaron en Valencia la noche del pasado jueves uno de diciembre, dos grupos bien distintos entre sí.

En la sala Wah Wah confluían dos de las formaciones consideradas como punteras, dentro del panorama pop norteamericano más actual. Por un lado, el dúo BEAT CONNECTION, que serían los encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada, y, por otro, los esperadísimos REAL ESTATE. Lo primero que cabe decir es que el resultado final del evento dirimió una evidente diferencia receptiva, brindada por el público congregado.

La noche, pues, comenzó cuando los jovencísimos Jordan Koplowitz y Reed Juenger le dieron a la tecla “enter” del carísimo dispositivo técnico-musical que emplean en sus conciertos. Cabe afirmar que no les hizo ningún bien exponer su manifiesta bisoñez en esa posición tan crucial como es la del arranque. Sabemos que a un concierto vamos a escuchar música, pero convendremos también que la actitud de quien se encarga de ofrecerla dispone a recibirla de una manera u otra.

El teórico interés de una propuesta fresca, desinhibida, trabajada de ritmos electrónicos, adornados con sana reminiscencia estival, quedaba amortiguado por una puesta en escena despojada, melindre, timorata en exceso, que tardó más de lo debido en interesar al personal. Los temas de su bien considerado SURF NOIR no hallaron correlato en la forma de ejecutarlos que dispusieron sus autores.

Dio la impresión –y no porque significara su despedida- de que la cosa se agarraba, cuando comenzaron a sonar los primeros compases de su notable IN THE WATER. Justo en el momento en el que los dos componentes de esta atractiva BEAT CONNECTION parecía que comenzaban a caldear su propio ensimismamiento, su participación se daba por concluida. Una pena. Su trabajo musical no merece este ligero amago decepcionante que exhibieron los de Seatle en WahWah.

Por fortuna, en lo que sí demostraron urgente pericia fue en dejarles libre el espacio escénico a los más esperados de la noche. Aunque no tanto como el par de DJ´s precedentes, los también jóvenes integrantes de REAL ESTATE se encargaron muy pronto de captar la atención que éstos se habían encargado de destemplar. El grupo de New Jersey se avino, fundamentalmente, a repasar los temas de su excelente DAYS. A eso íbamos quienes teníamos verdaderas ganas de conocerles las formas en directo.

Real-Estate-2ª

Los chicos comandados por el efectivo Martin Courtney demostraron una cómoda serenidad escénica. Tomaron la honesta decisión de no sacar a la estilosa elegancia de sus composiciones de ese atractivo minimalismo psicodélico que uno agradece en el sofá de su casa, cuando decide proponérselos. Sus temas sonaron, uno tras otro, tal y como cabía desear. Cálidos, sencillos, cercanos, disfrutables.

Abrieron con EASY, continuaron con GREEN AISLES y tuvieron a bien no hacer esperar a esa delicia llamada IT´S REAL. Reconozco que iba apercibido de ella y que escucharla la pasado noche fue como disfrutar de esos regalitos que uno de vez en cuando se escapa a propinarse para uso y disfrute inapelablemente particular. La esencia mejor del quinteto estadounidense se concentra en torno a la fácil entereza con la que está impelido este tema.

Sin embargo, cabe resaltar que, salvo la anterior y la siempre apetecible KINDER BLUMEN, los puntos más álgidos de su intervención tuvieron lugar cuando invocaron al trabajo que fue su tarjeta de presentación discográfica. FAKE BLUES, BEACH COMBER o ATLANTIC CITY, todos ellos pertenecientes a su homónimo debut, dieron cuenta de la validez de una propuesta que fundamenta su valía gracias a una atractiva apropiación de ese extraño sentido común musical que significa hacerlo fácil, hacerlo leve, hacerlo bien.

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