Ayer decidimos ir al cine y entre varias opciones nos quedamos con la película de Daniel Monzón, “Celda 211”, donde el director compartiendo guión con Jorge Guerricaecheverría , consigue un verdadero equilibrio entre el suspense y el interés en el espectador, mezclado con altas dosis de tensión que hacen que no puedas ni parpadear en muchas escenas de la misma y en otras tengas que apartar la cara.
Podemos decir que el argumento se resume en una búsqueda desesperanzada por alcanzar unas mejores condiciones de los FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento) dentro de la cárcel, para esto el protagonista, un funcionario de prisiones primerizo, pasa por toda clase de penurias incluyendo motín, secuestros, maltratos, negociaciones con presos de ETA de por medio y un sin fin de sucesos en cadena que nos llevan a desembocar en una situación que para nada es la esperada.
Los actores que nos llevan a experimentar estas sensaciones son entre otros: Luis Tosar, Antonio Resines, Carlos Bardem, Alberto Ammann, Marta Etura, Manuel Morón, etc..".además presenta unos personajes creíbles y carismáticos, de esos que te importan y te intrigan gracias a unos diálogos y unas interpretaciones memorables; increíble reparto que nos hace dudar de los antecedentes de algunos actores, la factura, el ritmo, la violencia y la sutileza que caracterizan a los grandes títulos del género, una peli que sabe mezclar humor, drama, suspense, acción, violencia, sentimientos y yo qué se cuantos géneros y recursos cinematográficos; cuando se dan todos estos factores en apenas 110 minutos de cine, importa poco el lugar donde haya sido rodado o la repetición continua de los mismos escenarios.
No es de extrañar los elogios que está recibiendo este largometraje y por ende su respuesta en taquilla, y es que Daniel Monzón consigue engañarte en más de una ocasión haciéndote entrar en el papel de cada personaje hasta el punto de ubicarte en el lado opuesto de tus principios (aunque sea por momentos). Lo mejor, sin duda, es esa lucha interna por los principios del protagonista por encima del sistema sin llegar a desprender ese hedor de paternalismo que tan acostumbrados estamos.
