M Oi

WET LEG 

moisturizer  

Domino 

Nota: 4 

Comentario: 

El disco de la banda Wet Leg parece haberse contagiado, en la producción y estructura de las canciones, del cinismo y el apremio de las letras que contiene. Si bien estas últimas funcionan en su mayoría, la música o, más bien, su concepción, acaba por fatigar y hastiar al oyente, que, como mucho, puede resistir cuatro o cinco temas sin reprochar nada. Tal vez las baladas sean lo que mejor funciona en este moisturizer, pues cuando las inglesas transitan por el grunge o las derivaciones de pop rock de mucha saturación y poco fundamento, la atención se pierde intentando, entre otras cosas, descifrar el contenido lírico del álbum. 

CPR, única vez que se usan las mayúsculas, E.E. Cummings estaría orgulloso, arranca con un ligero beat de batería al que se suman el bajo y el sintetizador. La voz desarrolla escasas melodías y en el estribillo, donde encontramos las guitarras eléctricas, ésta se presenta doblada. La letra se refiere al vértigo del enamoramiento. liquidize es una confesión amorosa apasionada y nerviosa que comienza con la guitarra acústica. Todo marcha relativamente bien hasta que se añade la guitarra eléctrica ecualizada como se hacía en aquel género de los noventa tan existencialista y cargante llamado grunge. La sarcástica catch these fists juega con las dinámicas como, lamentablemente, no lo hace en lo que queda de disco. El volumen se reduce entre estrofas y aumenta en el estribillo.  

davina mccall es una balada romántica con diversas referencias a la cultura popular británica. Suenan aquí la batería, el bajo, la guitarra eléctrica y el teclado. jennifer’s body que, en un principio, nada tiene que ver con aquella grotesca y olvidable película, versa -muy directamente- sobre la identidad sexual. De modo que la metáfora brilla por su ausencia. Es entendible, para concebirlas hay que pensar, a veces mucho. mangetout es una sátira sobre el deseo. La producción sugiere un pop rock de sonidos brillantes, demasiado brillantes para quien escribe estas líneas. pond song, por su parte, narra la conexión entre dos personas. Los elementos musicales son los acostumbrados, con la diferencia de que se hallan dos guitarras; la rítmica y otra que ejecuta pequeñas frases puntuales.  

A continuación, encontramos una pista de curioso título, pokemon. Tiene sentido al escuchar la letra, que contrapone, con nostalgia, la infancia y la adultez. pillow talk reflexiona sobre el erotismo. En cuanto a la lírica, poco se puede reprochar, sin embargo, en lo musical es irritante. don’t speak habla de las expectativas sentimentales, pero desde una perspectiva irónica y cínica. El solo de guitarra cuenta con una distorsión muy raspada, con una gran presencia de las frecuencias medias y agudas. 11:21 es la segunda balada de mosturizer. Esta vez la óptica sobre el amor es más vulnerable. Nuevamente, en lo que concierne a la música, el resultado es monótono. Y la situación no cambia en el último corte, u and me at home. Aquí se exalta la decisión de compartir la vida cotidiana; premisa ya explorada, aunque agradable de oír. Ahora bien, la estructura es la ya sabida. Es decir, hay un pasaje de calma, con la voz cantando en falsete, que muta, al llegar al estribillo, al caos y la saturación, donde imperan las guitarras con altas distorsiones. 

En definitiva, moisturizer contiene momentos simpáticos e ingeniosos en sus letras. A pesar de ello, la mayor parte de lo que corresponde a la música está tan mal concebida que se hace muy difícil escuchar el disco hasta el final. Además, hay una monotonía estructural que nos hace adivinar lo que va a pasar con total seguridad. En otras palabras, oído el primer minuto, oída toda la canción. Lo cual es una lástima, pues la ironía, el cinismo y lo jocoso de la lírica es muy estimable. Eso sí, no es suficiente como para calificar el último trabajo de Wet Leg de soberbio. 

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