El pasado once de diciembre los granadinos Lori Meyers afrontaban uno de los envites más importantes de su carrera, el Sold-out de la Riviera dictaría sentencia.
Viendo un poco la vista atrás reconocemos que en este 2010 sobre todo se ha cumplido la máxima “no es como se empieza, es como se acaba”.
A principios de año Lori Meyers viajaban a Los Ángeles (USA) para “parir” el que sería su cuarto álbum, “Cuando el destino nos alcance”, el 15 de marzo de este 2010 se daba el pistoletazo de salida para uno de los años más importantes en la carrera del grupo, “Mi realidad” salía como primer single, y no parecía gustar a todo el público, debido al uso de algunos efectos electrónicos. A principios de mayo el disco sale a la calle recogiendo las primeras impresiones de las publicaciones más exprés, prácticamente sin tiempo para degustar el disco las primeras despiadadas críticas llegaban justo antes de empezar la gira, muchas de ellas centradas en la alianza con su productor Sebastian Krys, que él mismo se encargó de contestar. El disco mantenía la esencia de su anterior y aplaudido trabajo "Cronolanea" (Mejor disco para Mondosonoro), la portada volvió a correr a cargo de Vanesa Zafra.
Los primeros conciertos llegaron de la mano de Jacks Daniels, y si bien ha sido siempre un grupo que ha cuidado sus directos, parece que este último trabajo costaría un poco más encajarlo en la maquinaria, tras la gira otoñal el grupo modificó algunas partes de su set list y desempolvó algunas canciones menos típicas que dotaban al directo de una mejor salud. Tras cosechar una gira extensa y muy satisfactoria, el grupo grabó una canción en el homenaje a Antonio Vega “esperando nada”, una canción preciosa y que el grupo ha sabido respetarla y además darle su propia personalidad en lo que yo entiendo que debe de ser una versión. En el camino algunas nominaciones no ganadas por culpa de Enrique Iglesias (WTF!), la nueva indumentaria del grupo, o el premio Rolling Stone a la mejor canción o a pesaditos en redes sociales. Pues sí señores los reyes del Facebook y del Twitter son los lori, canal por el cual los fans hemos elegido canciones para los conciertos, y hemos sabido qué pasaba con ellos, horarios de conciertos y hasta hemos recibido explicaciones, todo un ejercicio de pesadez.
En diciembre el grupo cerraría el año con otra gira, tal vezla más importante, marcada por el luto, que terminaría en la sala Riviera, todo un reto.
El concierto colgaba pocos minutos antes de la aparición de Lori Meyers el cartel de “no hay billetes”, 2.500 personas abarrotaban una sala que no ha sido muy generosa para con el grupo, aunque hoy todo iba a cambiar, la “chirigota – folk” titulada “enhorabuena eres el que tiene más”, con los componentes de la banda en cada una de las esquinas de la sala, y por las barras de la sala, dejaba boquiabierto al público, haciendo un tema especialmente delicado, mientras se aprovechaban todos los recursos de la sala, sin poder siquiera parpadear “viaje de estudios” sonaba ya para delirio masivo con el grupo ya en el escenraio.
Con un sonido, realmente sobresaliente tanto en la pista como en los balcones los Lori abordaron un repertorio que no ofrece ninguna duda, aunque como es lógico al último trabajo dedicaron algo más de tiempo. Este comienzo no pudo verse 24 horas antes en Jaén (donde también llenaron), pero sí el resto del concierto con alguna pequeñísima modificación.
“Nuevos tiempos” y “condicional hipotética” siguen sonando tal y como esperábamos, perfectas en la ejecución, pero desde un tiempo a esta parte venimos notando como Noni (la voz principal) ha decidido no versionarse a sí mismo, canta como sabe e imprime un carácter muy propio a las canciones, además que se observa de manera notoria el excelente trabajo realizado en la armonía con los coros, Lori Meyers habían venido a dar la nota y no fallaron ni una, la actitud sobre el escenario y la tensión propia de una gran noche se dejaba notar. Las “Luciernágas y Mariposas” junto con el viaje de “Tokio ya nos quiere” fue el momento de abrazar a los amigos y las parejas, pero las concesiones al romanticismo habían acabado previo recuerdo del gran Enrique Morente que en ese momento se encontraba hospitalizado (Morente nunca te olvidaremos).
Los mejores momentos para la gente que hemos ido a multitud de conciertos de una banda siempre son en los que se acuerdan de esos temas que tienden a perderse entre tanto “single” como “Explícame” o “Sus nuevos zapatos”, dando paso a la primera retahíla de hits, “Hamacucko”, la primera canción con la que me enganché a este grupo, “Rumba en atmósfera cero”, “Dilema” y la ya archiconocida “luces de neón” que dio paso a la histeria convirtiendo la sala en un hervidero.
Llegó la calma pero a sabiendas de lo que podría quedar por desgranar, un primer bis a la altura de pocos grupos, “Hostal Pimodán” abría el nuevo set en un momento que siempre es especial , para dejarnos la primera versión de la noche en un homenaje a un ilustre madrileño, Antonio Vega, con esta versión que es mucho más que eso, es su nueva canción con unas estrofas realmente difíciles el grupo dio la sensación de haber hecho los deberes en los ensayos, y si no habíamos tenido bastante fiesta, llegaban las canciones más esperadas de su último trabajo, “Religión” fue la primera, en cuya parte final el grupo recuerda a Death Cub For Cutie.
Y si hace unos meses hablábamos de que las canciones para quemar la pista perdían fuerza en el directo, hoy invoco al “derecho a rectificación” porque entre las baquetas nuevas de Alfredo, los rayos láser de “Aha han vuelto?” y “Mi realidad” con la intro a capela de Noni, un poco más y me da algo, momento en el que vimos que había gente sin camiseta contagiada de la fiesta que había en el escenario, puedo prometer que en “Aha” eso no parecía un concierto parecía una rave.
Con las pulsaciones altísimas Noni y Ale nos regalaron la segunda versión de la noche, “La caza” de Juan y Junior en formato acústico para ir incorporando instrumento y conseguir un karaoke propio de cualquier guateque, y por supuesto el momento final, “Alta Fidelidad” con Noni cantando en la barra central de las palmeras (la foto lo dice todo), y cruzando toda la sala entre público, hizo desatar todo tipo de bailes, saltos y gritos en unos momentos que me recordaron porque estoy enamorado de esta banda, el saludo final de Alfredo no podía faltar a la cita madrileña, donde el grupo se doctoró y dejo claro una cosa, “los títulos a final de temporada”, lección magistral sobre unas tablas, y no creo que nadie saliera de la sala sin la sensación de que allí había pasado algo grande. Enhorabuena al grupo, el año que viene queremos otro disco “tan malo” como este, y directos tan descuidados. Os dejamos el set list de Madrid en Spotify para que disfrutéis. Lori Meyers - Riviera
Fotos sin marca de agua: Xiana Fumega
Fotos con marca de agua: Juan José López
