La jornada del Sábado comenzaba con un error garrafal en la programación por parte de la organización, y es que Mastodon, cabeza de cartel, y personalmente la banda que más ganas tenía de ver de todo el festival, estaba programado para las 16.30 de la tarde.
Foto: Tom Hagen
El calor era infernal y la gente se agolpaba en las zonas de agua pulverizada para tratar de sofocarlo. Bajo esta guisa, y con un mini de San Miguel para no deshidratarnos, avanzamos posiciones hasta las primeras filas, donde la expectación era brutal según lo esperado.
Los de Atlanta no se anduvieron por las ramas ni un solo instante y casi son darnos cuenta el riff criminal de ‘Iron Tusk’ atronaba cual lluvia de hachas sobre nuestras cabezas. Imponente comienzo, para posteriormente sorprendernos a todos los presentes con ‘March of the Fire Ants’ de su primero disco ‘Remission’. El sonido, sobresaliente como durante prácticamente todo el festival y los primeros pogos que empezaban ya a formarse. Sobre el repertorio, a pesar de que todo el mundo esperaba algún adelanto de lo que será su próximo disco, “The Hunter”, estuvo basado en temas clásicos, como ‘Crystal Skull’, ‘Oblivion’ , ‘Crack the Sky’ o ‘Blood and Thunder’, con la que pusieron punto y final, a una actuación tan sobria como intensa, ejecutada con una técnica y una pegada exquisita y que se hizo muy corta, a pesar de las duras condiciones en las que nos encontrábamos.
Los noruegos Apocalyptica fueron los siguientes en entrar en escena. Con la misma formación que en los últimos años compuesta por 3 chelos, 1 batería y un cantante que solo participa en la mitad del concierto. El público se animó sobre todo con famosas versiones de Metallica, que dieron a conocer a la banda, como ‘Seek and Destroy’ o ‘Nothing Else Matters’, dentro de un repertorio que estuvo compuesto en su gran mayoría por temas propios y que se extendió durante algo más de una hora. En general muy buen concierto, con la banda entregada totalmente y durante el cual, sus componentes llegaron incluso a ¡¡dar palmas sobre la cabeza chelo en mano!!.
Foto: mariskalrock.com
Uno de los platos fuertes de la noche venía justo a continuación, y Dream Theater son palabras mayores. Seguramente la banda de metal progresivo más importante de la historia, con Labrie, Pretrucci, Myung y Rudes pero con la notable baja de Mike Portnoy, que dejó el grupo a favor de Mike Magnini, magnífico baterista, que tiene ahora la difícil papeleta de rellenar el hueco dejado por uno de los mejores baterías de todos los tiempos. El público estuvo bastante animado en todo momento, dentro de lo que se puede estar en un concierto de metal progresivo. Repertorio clásico y algún tema nuevo en hora y media de virtuosismo de primera clase y con la banda mucho menos estática que anteriores ocasiones. Buen concierto a nivel general.
Tras un intermedio muy largo para preparar el escenario, llegaba el momento más esperado para el 99% de los allí presentes: Iron Maiden. Los británicos saltaban a escena con tres guitarras y la misma formación de los últimos años: Steve Harris, Bruce Dickinson, Nicko McBrain, Dave Murray, Adrian Smith y Janick Gers.
Como buen cabeza de cartel, el ambiente era espectacular. Bruce Dickinson salió vestido de soldado confederado, algo parecido a la portada de ‘Trooper’ y agitando una bandera. El repertorio fue el que viene siendo habitual en la última gira, para decepción de sus fans de toda la vida, ya que la mitad de las canciones del repertorio son parte sobre todo de sus tres últimos discos, olvidándose de muchos de los clásicos como ‘Run to Hills‘, ‘The Clansman’, el ‘Afraid to Shoot Strangers’ o el ‘Wrathchild’.
No obstante Iron Maiden dejaron buena cuenta de su increíble directo y tocaron otros de los muchos clásicos, señas de identidad del grupo, como ‘The Troopers’, o ‘Iron Maiden’, con la que se despidieron antes de volver a salir para hacer un bis de tres canciones y despedirse finalmente con ‘Running Free’ y el clásico cover de los Monthy Phyton ‘Always Look on The Bright Side’.
Además de todo esto, la actitud de la banda debería servir ejemplo para generaciones futuras, con Harris y Gers correteando por todo el escenario durante la mayor parte del concierto y Bruce Dickinson, que a pesar de su edad sigue en plenitud de facultades, subiéndose continuamente a una pasarela superior que habían colocado para mejorar la visibilidad del frontman de la banda. Un Eddie gigante también hizo acto de presencia, y salió caminando por el escenario, tocándole las pelotas a los guitarras, además de la clásica cabeza de más de 3 metros de Eddie a la que se le encienden y mueven los ojos desde la parte trasera del escenario.
En resumen, un increíble directo, sin duda de los mejores que pueden verse a día de hoy, con unos Maiden que derrochan energía y por cuyos miembros parecen que no pasan los años, consiguiendo incluso que los temas de sus últimos discos, mucho más aburridos, suenen bien. Todo un espectáculo para un concierto sobresaliente.
Foto: mariskalrock.com
Twister Sister, con Dee Snider y su formidable peluca rubio platino a la cabeza, fueron los designados por la organización para solventar la difícil papeleta que suponía tocar después de Iron Maiden (alrededor de un tercio del público se marcho a casa después de ellos). Con una formación que se mantiene intacta con respecto a la original (¡después de más de 30 años!) y un sonido excelente, tónica del festival, el resto del público que todavía estábamos por allí disfrutamos de un concierto muy animado y lleno de clasicazos inolvidables como el ‘We’re gonna Take It’ o el ‘I Wanna Rock’ que coreamos al unísono.
Además la actitud de la banda es portentosa, con un Dee Snider muy animado y que conserva una voz que ya quisieran muchos vocalistas con 30 años menos. La banda suena potentísima en directo, mucho más que en sus grabaciones originales y el directo es sencillamente fantástico.
Dee Snider intentó hablar en castellano unas cuantas veces con bastante éxito (uno de los guitarras es hispano, pero no habló demasiado) y el bajista hizo gala de su llamativo estilo, aporreando la parte superior del mástil de su bajo a puño cerrado.
Como anécdota, tras terminar el ‘We’re Gonna Take It’, el cantante animó al público a cantar la versión española que dice ‘Huevos con Aceite’, todo un éxito en los años 80 y que causó furor y risas entre las miles de personas que quedaban en el festival a esas horas.
En resumen, Twisted Sister hizo gala de su amplísima experiencia, sabiendo mover al público y haciendo que todos nos lo pasáramos como enanos. Además, los 3 o 4 himnos que tiene la banda son infalibles en directo, y después del espectáculo de Eddie y los Maiden, pasaron con nota muy alta su actuación en el Sonisphere.
Después de esto y con la reserva de energía bajo mínimos, decidimos irnos a casa prudentemente. Ha sido un buen festival en todos los aspectos, sorprendente, ya que a pesar de que el cartel no era mi mucho menos de mi agrado con comparación con otros años, ha tenido una gran respuesta a nivel de público, y es que visto como está últimamente el panorama, apostar por las viejas glorias, es apostar sobre seguro.
