THF

FRANZ FERDINAND 

THE HUMAN FEAR  

Domino  

Nota: 7.7 

Comentario crítico:  

La banda escocesa ha vuelto con una propuesta muy interesante: reflexionar sobre algo tan inherente al ser humano como el miedo. El miedo al aislamiento social, a dejar el seguro ambiente de una institución psiquiátrica para volver a enfrentarte al mundo hostil y volver a depender de tu propia toma de decisiones, como ya dijeron los Kierkegaard y Sartre. A dejar o quedarse en una relación. Nada que no le pudiera pasar a cualquier individuo y, sin embargo, analizado desde un punto de vista audaz para una banda de indie rock. Y nunca mejor dicho, pues el primer tema lleva por nombre Audacious. Un riff pegadizo con una curiosa segunda parte da paso a una progresión de acordes ambivalente, entre la energía y la tristeza, algo que ya empleó el mejor Calamaro. El estribillo, por otra parte, alberga cierta sorpresa.  

La batería y el bajo, junto a la media voz de Kapranos y unos coros introducen Everydaydreamer, un electro-pop o dance rock. El estribillo, nuevamente, contrasta con el resto de la canción. La primera parte recuerda, en cierto modo, al Bowie de su etapa de duque blanco. En cuanto a la letra, habla de un señor que evoca, recuerda y sueña despierto. The doctor comienza con un riff irritante y una batería puerteada, con mucho reverb como en la música de los ochenta, que marca un ágil tempo. Se nota la influencia de los Beatles, ya no por el tema de los de Liverpool Dr. Robert, sino por el tratamiento de las armonías en el estribillo. Se pueden imaginar cuál de los miedos anteriormente mencionados trata este tercer corte. 

Hooked abre con un riff de sintetizador molesto, muy molesto, como de pato afónico. No obstante, la letra lo compensa por su original propuesta. Un art rock salvado por la lírica, en definitiva. Build it up tiene mejores intenciones por esto mismo que por la cuestión musical. En night or day, un teclado y una batería acompañan un autoanálisis del yo poético. Musicalmente no es un art rock muy enjundioso, mas no deja de ser llamativa la deconstrucción del protagonista. Tell me I should stay, bonito título, sin duda, empieza con un teclado que siembra una atmósfera misteriosa y tensa, para que luego la guitarra cambie el panorama a una mezcla entre reggae por el pulso y balada pop jazz cual Amy Winehouse.  

A partir de aquí comienza un declive inesperado: Cats es previsible y cansa pronto, Black eyelashes (¿De qué otro color podrían ser las pestañas?) utiliza la mentada fórmula de art rock, pero ya nos la sabemos, Bar lonely debería haberse llevado de otra manera, explorar más la idea del título. La letra se sigue con cierto interés, mientras que la música nos distrae de la historia. The birds, pista final, es bastante inconsistente, adolece del mismo problema que Cats. Sus versos cortos y la estructura que trata de arropar lo mejor posible el resultado final, revelan carencias, falta de ideas.  

Si bien The human fear no es todo lo redondo que nos gustaría, resulta un álbum muy interesante en lo concerniente a la lírica y a algunos cambios musicales que el oído agradece. Eso sí, también ha sido maltratado por toda la estresante electrónica y riffs machacantes que pueblan este disco. Además, la interesante temática implica una original renovación en el ámbito de las bandas de rock. Una propuesta osada que contentará a un amplio sector del público, no ya solo a los fans de los escoceses.  

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