Valladolid, Auditorio Miguel Delibes, sábado 29 de enero, el Jazz de Yaron Herman Trío, iba a calentar Pucela en una fria noche.
Si nos dejásemos llevar por las noticias que llegan a España pensaríamos que Israel es un pequeño país en Oriente Medio donde solo hay extremistas, bombas, atentados suicidas, ataques, guerra y destrucción. Pero más allá de las noticias hay un Israel que no nos llega y que una amplia mayoría desconoce. Uno de los casos más importantes es el de la música y dentro de la música el Jazz donde fuera de los veteranos Avishai Cohen o Gilad Atzmon (este último más conocido por su actitud antisionista que por sus trabajos) es raro que se conozca algún otro jazzista israelí en nuestro país.
Dentro de los jazzistas israelíes hay una nueva ola de interpretes y compositores realmente brillantes aclamados en medio mundo como es el caso de los saxofonistas Ori Kaplan, que es también miembro de Gogol Bordello y Balkan Beat Box, Daniel Zamir descubierto por John Zorn o Idan Raichel un músico más cercano a la fusión, world music y la recuperación de músicas como la de los falashamura etíopes o de los mizrahi yemenitas. Y en el caso que nos ocupa en estas líneas del joven pianista de Tel Aviv Yaron Herman, un extraño caso en esto de la música, ya que hasta que no se lesionó a los 16 años iba para jugador de baloncesto, una pena para la multitud de seguidores a este deporte que hay en Israel y una gran alegría para los aficionados del jazz que hay en todo el mundo. Y aunque empezó tarde a estudiar ha conseguido en pocos años un indiscutible curriculum de premios y discos.
Tras esta pequeña introducción vayamos a lo interesante que es el concierto Yaron Herman se presentó en formato de trío (también tiene discos como solistas) acompañado al contrabajo por Stephane Kérecki y a la bateria por Cedric Bec, dos jóvenes músicos franceses que se compenetran perfectamente con el pianista. El concierto empezó con un tema solo para piano, tras esto el resto del concierto los tres músicos no pararon de hacer vibrar al público que respondió con grandes tandas de aplausos. El concierto se cimentó principalmente en las canciones de “Follow the White Rabbit” su último disco, un viaje al País de las Maravillas de Yaron, donde se combinan canciones por todos conocidos como el “Heart Shaped Box” de Nirvana, temas populares israelíes como “Ein Gedi” o composiciones propias como “Airlines”
Es interesante destacar que en durante el concierto no se diferencian los temas suyos de los ajenos, quiero decir, el proceso de deconstrucción a través de variaciones e improvisación hacen que hasta un tema del mainstream como “Toxic” de la gran “compositora” e “intelectual” americana Britney Spears (palabras textuales de Yaron) suenen totalmente distinto y solo quede en tu cerebro un ligera y lejano recuerdo del tema original. Yaron no hace versiones de temas. Él utiliza un tema ajeno, que puede ser de Bjork, Radiohead o como hemos dicho antes de la “gran” Britney como base para asentar sus ideas a partir de esto hacerlo propio. Un buen ejemplo de esto podía ser el “Hallelujah” del cual hace una versión de la versión de Jeff Buckley (que es una versión del original de Leonard Cohen).
Una de las hechos diferenciales de Yaron Herman es su forma de tocar el piano, una forma poco ortodoxa y atípica, me explico, además de utilizar el piano como un todo donde lo mismo se pueden tocar las teclas como las cuerdas, él no se queda sentado mientras toca, se mueve, se levanta, se vuelve a sentar, no toca solo con las manos y el cerebelo, todo el cuerpo está tocando y todo su cuerpo esta vibrando y sintiendo la música, algo que en ciertos momentos puede rayar en el histrionismo pero sin el cual creo que Yaron perdería parte de su originalidad e interés.
Tras una hora y media larga de concierto donde se combinaron diferentes tendencias del jazz como el free jazz, el hard bop y el avant garde, el trío se despidió del público que les hizo volver al escenario un par de veces para hacer los bises tras fuertes y largas ovaciones con las que los músicos fueron ovacionados.
Un consejo presten atención a este pianista y si tienen oportunidad no desaprovechen la oportunidad de verlo, está llamado a marcar una época en el mundo del Jazz.
