Foto: Marichispa www.flickr.com/photos/marichispa
Entrada fantástica en la sala, menos gente que el viernes, pero claro hoy no tocaban Muse en la ciudad, aún siendo propuestas antagónicas se notó.
Uno de los atractivos de la noche era, al menos para mí, los teloneros. Napoleón solo son un grupo que forman cuatro intrépidos chavales algunos de la bellísima Arjonilla (Jaén) de nacimiento pero de Granada en adopción (Algo que se deja notar). Tanto es así que el quinto componente no es ni más ni menos que Eric Jiménez (Batería de Lagartija Nick o Los planetas).
Hablar que Eric es un auténtico extraterrestre en la batería suena obvio, llega a todo, golpea con una contundencia de la que pocos puedan presumir, transforma cualquier cancioncita inofensiva en salvajada. El grupo está liderado por Alonso, que salió al ruedo con una chaqueta al más puro estilo del mismísimo Napoleón Bonaparte (haciendo honor al nombre). Aunque en el escenario no está nada “solo”, perfectamente secundado en bajo y guitarra, y en el lado derecho el teclado en el que se encuentra al mando su hermano, que corea casi todos los temas y derrocha talento. Alonso dota al grupo de identidad no solo por su “estampa” sino por sus maneras y su desparpajo.
El concierto dejó entrever los derroteros que llevará este grupo, directos al éxito, con un padrino como Eric y unas canciones como “tiene que acabar” con la que cerraron o “lolaila Carmona” lo único que tiene que pasar es el tiempo. Destacable el cambio de registro constate en cada uno de sus temas algo que hace muy atractivo cualquier bolo de los “granadinos”.
Pero aquí habíamos venido a disfrutar de los Wave pictures, salida al ruedo escalonadamente Tatterstall fue el primero y abrió el concierto a capela, Franic Rozycki le acompañó en segundo tema y efectivamente era un caras b porque no pillábamos ni una. Con toda la banda ya la primera repetición y el público en el bolsillo, el tema elegido “Strange fruit or David”.
Siguieron temas que efectivamente y después de verlos con esta seis veces no habvíamos visto como “Cassius Clay” o “Bye bye Bumble Belly” ya con Stanley Brinks (ex Herman dune) en el escenario.
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Mención especial merece este tipo (en la foto) porque si el viernes estuvo un poco desidioso para esta noche había preparado su mejor repertorio, castañuelas, clarinete, batería, guitarra, aparecía tirado, de rodillas, cedió su guitarra a Tatterstall para que hiciera el resto del bolo.
Repetición también para el show del batería de la noche anterior, con su "Jonhy Cash no es como Elvis" pero esta vez se le olvidó la letra algo que hizo mucho más divertida esta parte (si ya de por sí lo era).
Hubo tiempo para aversiones Morrissey (pero mentiría si le digo que sé la canción) o “Just Like a drummer” o "Im tired". La salida al bis y esto acabó como empezó la primera noche “Leave the scene behind”. Si hubiera habido peticiones hubiéramos pedido algo de Hefner o “we come Alive”.
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El concierto del sábado nos deparó un show más íntimo, con un grupo más suelto un público mucho más metido que el viernes y una conexión fantástica, déjense de poyas y vénganse a vivir a Madrid, es siempre ver un placer poder ver a este Grupazo con mayúsculas.