Eli Paperboy Reed

Tengo que reconocer que descubrí tarde al “chico de los periódicos”, fue el pasado mes de julio. Admito que me cautivó y que renegué de mi torpeza al comprobar que ya había visitado Madrid, que me había perdido su gira.

 

Como revancha me dediqué a paladear el que era su último disco publicado “Roll with you”. Un disco que me hizo pensar más de una vez que Otis Redding y Sam Cooke habían elegido para reencarnarse el cuerpo de un chaval blanco de Boston. No había nada nuevo en su disco y sin embargo era algo tan fresco y original que consiguió atraparme.

Por eso cuando supe que Mr Reed volvía por Madrid me tiré en plancha a conseguir las entradas del concierto que paso a narraros.

 

Llegué a la sala Joy Elava algo tarde, mi acompañante tuvo un problemilla logístico que nos impidió disfrutar del concierto que ofrecieron los teloneros, The Right Ons. Sin embargo, lo poco que vi me dejó con ganas de más. Acompañados por los dos saxofonistas y el trompetista de los True Lovers me dejaron bastante impresionado cuando interpretaron una versión de Satisfaction que realmente estuvo muy, pero que muy bien.

 

En el descanso aproveché para coger un mejor sitio y aproveché para divisar a una audiencia plagada de estética Mod (we’re, we’re the MODS!!!)

Con toda la banda en el escenario salvo su vocalista, comenzó el concierto con una introducción musical en la que uno de los saxofonistas hizo las veces de speaker en la presentación del soulman de Boston y bueno, a partir de ahí lo único que hice fue alucinar. Porque si el disco me había cautivado, el directo me estaba dejando flipado.

 

La voz desgarrada de Eli,  por sí sola, era capaz de ensamblar completamente los temas. Para mayor gloria, The True Loves eran el perfecto complemento a esa voz resaltando y enriqueciendo cada uno de los temas. Además, sentía (y esto es completamente subjetivo) que era uno de esos conciertos en los que la gente del escenario es capaz de transmitir sensaciones a aquéllos que están viéndoles actuar, uno de esos directos en los que de repente te encuentras marcando el ritmo sin darte cuenta, y al poco estás bailando sin quererlo. Uno de esos en los que los temas fluyen, van y vienen, te envuelven y te hacen mover los pies.

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¿De la setlist? ni me acuerdo. ¿De la duración del concierto? no tengo ni idea. Lo que sí que os digo con toda seguridad es que el aforo entero se quedó aplaudiendo y pidiendo un segundo bis cerca de 15 minutos. Que Mr Reed, ese blanco con alma de soulman, tuvo que salir a dar las gracias para convencer a la gente de que se fuera y que salí del concierto con una sonrisa igual de grande que la que tuvo durante todo el concierto ese gigantón de la batería, Attis Jerrell Clopton.

 

No me extiendo más, serían palabras vacías. Antes de despedirme solo os pido un par de cosas: Si no conocéis el disco, escuchadlo.  Si lo conocéis y os gusta, no dudéis en acudir a su próximo directo porque de verdad que os sorprenderá.

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