Una de las secciones que más recuerdos nos trae
En las tinieblas no hay lugar para la esperanza, y menos en una noche tan cerrada como ésta, donde una enorme luna llena nunca arroja la suficiente luz para vislumbrar entre la espesa niebla. Cuando el silencio se rompe por perturbadores alaridos, cadenas rotas y aullidos lejanos, solo un sonido los ensombrece, el crujir de un ataúd que se abre agónicamente en lo más profundo de un castillo olvidado. El Señor Oscuro ha vuelto.
Así suele comenzar una de las aventuras más grandes que la historia de los videojuegos ha parido, Castlevania, o como se le suele conocer en Japón, Akumajo Dracula, el demoniaco castillo de Drácula, para que nos entendamos.
La que alberga los derechos de dicha saga no es ni más ni menos que la mítica compañía Konami, que vio como sus tiempos de gloria videojueguil se esfumaron entre la bruma de los años 80 y 90, en pos de otros negocios. Aunque aún posee una fuerte presencia en el sector debido a sus grandes exponentes, como Metal Gear, Pro Evolution Soccer y Castlevania, entre otros.
El primer software de Castlevania apareció en Japón en septiembre de 1986 para el Famicom Disk System, un periférico para la Nes nipona que funcionaba a base de disquetes de almacenamiento. Un mes después apareció otra versión del juego para el ordenador de 8 bits conocido como MSX2, con considerable popularidad en el país del sol naciente, y que también tuvo cierta aceptación por estos lares. En occidente este juego es conocido como Vampire Killer. Asiduamente es confundido como el primero de la dinastía, cosa que no fue así, difiriendo incluso en sus mecánicas de juego, mucho más arcade para la máquina de Nintendo.
Al frente de este proyecto estaba Hitoshi Akamatsu, que también estuvo presente el las dos siguientes secuelas para la consola. Más adelante cogió las riendas Koji Igarashi, que fue productor de la saga durante muchos años, y que la elevó a los altares con obras maestras de la altura de Symphony of the Night (1997), reconocido popularmente por los fans como la cima de Castlevania. Para ello se apoyó en las labores artísticas de dos mujeres, la ilustradora Ayami Kojima como diseñadora de personajes aportando su estilo barroco y la compositora Michiru Yamane imprimiendo aún más fuerza a la insuperable banda sonora.
Actualmente, Castlevania reposa en las manos de un estudio español, MercurySteam, con Enric Álvarez a la cabeza; con tres juegos a sus espaldas, Lords of Shadow (2010), Mirror of Fate (2013) y el reciente Lords of Shadow 2.
CÓMO SE JUEGA
Tradicionalmente Castlevania ha sido un juego de acción y plataformas de avance lateral, con ciertos toques de rol y elementos de exploración en algunos casos, como el mencionado Symphony of the Night. Donde encarnábamos a un miembro de la familia Belmont, herederos del látigo denominado Vampire Killer, el único arma que puede dar muerte a Drácula, que revive cada cien años (aunque esto no siempre es así), a merced de un acuerdo con la propia Muerte, el cual lo considera su amo.
Aunque toda la línea cronológica guarda cierta coherencia, el nuevo Castlevania español (“Castlevaña”, como se le ha llegado a llamar), es considerado como un reboot o reinicio de la saga, que guarda algunas similitudes con el juego original. Además de cambiar la mecánica de juego al de un hack and slash de entorno tridimensional con ciertos elementos de plataformas, puzles y quick time events.
ALGUNAS CURIOSIDADES
Normalmente la saga es denominada como Akumajo Dracula en Japón, como ya he dicho antes, pero a raíz de la entrega Harmony of Dissonance (2002) para Game Boy Advance pasaron a llamarlo Castlevania también en ese país. Pero parece que no les gustó demasiado la idea, porque tres juegos después volvieron a la antigua denominación con el primer juego para Nintendo DS, Dawn of Sorrow (2005), llamado en oriente Akumajo Dracula: Sogetsu no Jujika.
Para los que aun no se hayan dado cuenta la palabra Castlevania es la unión de Castle (castillo en inglés) y Transilvania (región rumana), lugar donde suele suceder la historia. Castlevania por tanto es el nombre del castillo del vampiro, el cual va ligado a éste, de forma que también aparece y desaparece cuando lo hace Drácula. Míticos son los ending de estos juegos en los que se ve a lo lejos como el castillo desaparece ante nuestros ojos.
En las primeras entregas de Castlevania los créditos finales estaban plagados de nombres con referencias literarias o cinematográficas de todo tipo al universo de Drácula como Vran Stoker o Belo Lugosi. Los desarrolladores tenían prohibido incluir sus nombres reales por la propia Konami, que tenía miedo a que sus trabajadores fueran tentados por otras compañías. Así lo confirmó en una entrevista Masahiro Ueno, programador que participó en numerosas entregas de la dinastía, como por ejemplo Super Castlevania IV.
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El libro original de Bram Stoker está incluido en la cronología oficial del juego por el mismo Igarashi, así, por que si. Incluso alguno de los protagonistas que aparecieron en Bloodlines (1994) para Mega Drive son descendientes de los personajes del libro, como John Morris, que es hijo de Quincy Morris, personaje del libro. Y encima nos encasquetan que los Morris son descendientes del clan Belmont.
En Japón los Belmont son llamados Belmondo. Aunque en los créditos del final del primer juego en su versión occidental se les coló Belmondo en vez de Belmont.
No siempre el castillo ha tenido el mismo diseño, iba variando según el juego. Para ello se inspiraron en castillos reales, como el de Neuschwanstein (Alemania), Mont Saint Michel (Francia), o incluso el Alcázar de Segovia.
La censura siempre ha estado unida a este juego en occidente. Lo más común era cambiar el color de la sangre, que mientras en Japón era roja en Europa y América se sustituía por verde (Super Castlevania IV) o azul (Bloodlines). Además se tapó a alguna estatua que salía algo descocada en su versión oriental, con “pechotes” al aire incluido. Vamos, una tontería…
El verdadero nombre de Alucard es Adrian Farenheits Tepes, hijo de Drácula y Lisa, una humana de la que el “chupasangre” se enamoró dando como fruto a Alucard, que en realidad es el nombre de Drácula al revés. Él mismo se autodenominó así como muestra del rechazo y el odio a su padre.
Los esqueletos son un enemigo muy recurrido en la saga, pero hay uno en concreto muy peculiar, cuya forma recuerda a la de un gorila, que para más inri lanza barriles. No me digáis que no os recuerda a Donkey Kong, el famoso personaje de Nintendo.
EXPERIENCIA PERSONAL
Reconozco que siempre miré Castlevania con cierto desdén e indiferencia, hasta que hace unos años me dio por escuchar un podcast del Club Vintage sobre Super Castlevania IV, así que me picó la curiosidad y decidí probarlo. Aquello fue amor a primera vista. No sabía lo que me había perdido durante tantos años, esa jugabilidad, esa ambientación, me atraparon irremediablemente. Tras este programa me jugué de forma compulsiva una entrega tras otra, hasta que tuve que rendirme a la evidencia, me había convertido en un fan de la saga en solo unas semanas. Algo que perdura hasta hoy, que sigue siendo una de mis franquicias videojueguiles favoritas. Incluso me cuesta decantarme por uno de ellos. Reconozco que coger el mando y ponerme a saltar y dar latigazos es una droga que tengo que saciar cada cierto tiempo, sino reviento…
POR DÓNDE EMPEZAR
Como acabo de decir me resulta bastante difícil inclinarme por una entrega, pero creo que lo mejor sería que empezarais por Symphony of the Night, un juego que está alcance de todos gracias a PlayStation Network y a Xbox Live Arcade para su consiguiente descarga. Creedme cuando os digo que el juego protagonizado por el hijo de Drácula no os defraudará.
Si buscáis algo más directo, e incluso más vetusto, Super Castlevania IV, que en su día vio la luz en Super Nintendo, os lo hará pasar terroríficamente bien, probablemente catasteis este juego en vuestra infancia. Lo tenéis disponible en el bazar digital de Nintendo, tanto para Wii como para Wii U. También en la Consola Virtual de Wii está disponible Rondo of Blood, un juegazo que lleva a la saga clásica a cotas muy elevadas. También existe un remake para PSP de esta entrega que en su día solo apareció en Japón. Tengo que advertiros que alguna de estas entregas son aterradoramente difíciles, aunque nada que ver con las añejas entregas de Nes, las cuales son demenciales.
Y si pasáis de lo retro la sub-saga Lords of Shadow os dará una experiencia más profunda, con gráficos tridimensionales en alta definición en diversas consolas actuales y el propio PC.
Empecéis por donde empecéis hincaréis el diente a una buena pieza. El buen sabor os dejará relamiéndoos hasta que probéis el siguiente.