KIM DEAL
NOBODY LOVES YOU MORE
4AD
Nota: 6.90
Comentario crítico:
Nobody loves you more se anunciaba como uno de los álbumes más esperados del 2024, envuelto en el trágico contexto de varias muertes significativas para la artista estadounidense. No obstante, la multinstrumentista no se ha dejado llevar por el duelo y ha entregado un álbum bastante amable, aunque nada redondo. La escasa variación de tempos y la repetición de efectos tanto para la voz como para las guitarras han mermado los variados y diestros arreglos de cuerda y viento metal. Por otro lado, llaman la atención dos cosas, en primer lugar, la corta duración del disco, 35 minutos y, en segundo lugar, la cantidad de instrumentos que toca aquí: guitarras, bajo, teclados, batería y ukelele. Si bien en los créditos también aparecen otros guitarristas, bateristas y bajistas, es de admirar la capacidad musical de Kim Deal, ex de los Pixies.
Inicia el álbum el tema homónimo. Entran a la vez la voz, la percusión y las cuerdas. Hacia la mitad, se produce un agradable cambio con unas trompetas, un saxofón y una batería, que conforman un agradable puente y una sorpresa para el oído. La construcción es simple, pero resulta efectiva y la canción está bien llevada. Coast contiene otros arreglos igual de formidables con trompetas y trombones, destilando un espíritu absolutamente mariachi y desenfadado. Hay, además, una guitarra en limpio, un bajo y la batería. La voz, por su parte, está doblada y cabe destacar que prácticamente en todas las pistas se ha optado por esta técnica de grabación. Por otra parte, hay otra guitarra que ejecuta diversas líneas melódicas. Con Crystal breath se empiezan a ver las costuras. Se oyen unos coros a los que se añaden unas improcedentes distorsiones al bajo y a la guitarra, creando, mediante este caos, un cambio demasiado contrastado respecto a los cortes anteriores.
Are you mine? Es una balada rock de atmósfera surfera arropada por un pedal steel guitar muy pertinente. Hay una pandereta como elemento percusivo y se suman, más tarde, las cuerdas. Disobedience vuelve a marcar un gran cambio, es un rock con más distorsión alternado con silencios, lo que le favorece a la canción.
Wish I was vuelve a la serenidad con la instrumentación acostumbrada, hay una guitarra con overdrive, pero no afecta al clima establecido. El séptimo track, Big Ben Beat rompe con la dinámica anterior, hay una gran y molesta saturación en las guitarras, además de unos efectos vocales reiterativos. La sucesora, Bats in the afternoon sky es instrumental. Para lo poco que dura es bastante desagradable, hay unos teclados distorsionados mezclados con coros. Poca enjundia, un tema de relleno, en definitiva.
Summerland mejora lo escuchado. La letra, costumbrista describe sensaciones y paisajes relativos al estío. Hay unos arreglos de cuerda bien elaborados, guitarras, batería y parece distinguirse un ukelele en la mezcla. En come running, una batería marca un tempo calmado sobre el que se acoplan la voz y una guitarra distorsionada. De nuevo, parece distinguirse el ukelele de la canción anterior. Todo suena a lo mismo, es un rock bastante previsible, solo unos pocos segundos de escucha son suficientes para saber lo que nos vamos a encontrar en los minutos restantes. Llegamos al final del disco (y se agradece) con un pop rock alternativo escueto y de escasa variación, A good time pushed.
Nobody loves you more es un álbum bastante fallido, errático, con unas transiciones poco coherentes que conviven con unos arreglos de cuerda y viento metal y madera dignos de elogio. Cuando mejor funciona, es cuando suenan las baladas, mas cuando la estadounidense opta por seguir la monótona senda del rock alternativo de coros y efectos de saturación, el disco naufraga.