LO M

BETH GIBBONS 

LIVES OUTGROWN 

Domino 

Nota: 9 

Comentario crítico:  

Beth Gibbons adquirió una fama inusualmente tardía cuando sacó su primer disco, Dummy, que, como recordarán, supuso un éxito absoluto. Tenía 29 años y lo hizo de la mano de su grupo Portishead. Ahora, con 59 años, entrega un trabajo complejo, denso, muy bien elaborado, con una riqueza en cuanto a variedad musical admirable. Los géneros se difuminan según avanzamos por las pistas; folk, orquestal, pop barroco, electrónica, o ese término occidental tan vago e impreciso llamado músicas del mundo. Su voz sedosa sigue impecable, intacta. La oímos en varios registros, a media voz, en los coros, con potencia cuando la canción lo exige, pero, en contraposición, de lo que nos habla este Lives outgrown es del envejecimiento, de la presencia de la muerte, del dolor.  

El enigmático primer corte, Tell me who you are today, empieza con una guitarra acústica, pero acaban sumándose muchos instrumentos; un bajo, percusiones, un mellotrón, un vibráfono, un piano y un órgano. Escuchamos también unas armonías vocales muy agradables y presentes, prácticamente, en cada track del disco. Al final se oyen vientos metales. Floating on a moment habla del transcurso de la vida, idea explorada por incontables poetas, pero expresada con originalidad. Inicia con un riff de guitarra acústica y van añadiéndose un vibráfono, un contrabajo, un cello, una flauta y un Hammond, además de los coros mencionados.  

Burden of life, carga de la vida, tiende al pesimismo. No se puede ser totalmente feliz porque siempre arrastramos algo que nos lo impide. En el apartado instrumental contamos un piano, una guitarra acústica, violín, viola y diversos vientos madera. Lost changes advierte del cambio en el tiempo, en la vida y en las cosas en general. Repiten la guitarrra, el piano, la flauta y oímos también una guitarra eléctrica, un bajo, el Hammond, el dulcémele y un vibráfono. La diversidad musical e instrumental está muy cuidada, mas eso no es todo, aún quedan nuevos elementos por aparecer.  

Llegamos a la mitad del álbum con Rewind, del que resalta una tensión y un exotismo sonoro fantásticos. Percibimos un caos según avanza el tema, pero está totalmente justificado, pues la letra es apocalíptica. Imperan los sonidos electrónicos, la guitarra acústica, el bajo y un clarinete bajo. Por otra parte, se intercalan diversas capas vocales, lo que da una sensación de densidad. Reaching out combina las cuerdas mencionadas con la flauta, el piano, la percusión, la pipa china (similar al laúd), un mizmar (algo así como una dulzaina típica de países como Egipto y Turquía) e, incluso, unos dinámicos y frenéticos trombones, saxofones y trompetas.  

Oceans nos devuelve a la calma. Llama la atención el contenido lírico, que, para hablar del pesimismo intrínseco a envejecer, menciona la menopausia. La instrumentación no se queda atrás: guitarra acústica, bajo, batería, cuerdas, sonidos eléctricos y coros. For sale versa sobre el autoengaño. Figuran menos elementos, no obstante, todos ellos son acertados. Beyond the sun contiene una escueta letra sobre el arrepentimiento. Combina la guitarra acústica y eléctrica, la batería y el cello con el harmonium, el piano y el dulcémele. Así pues, llegamos al final con Whispering love, la canción más larga, con seis minutos y poco. A la instrumentación anterior se le suma el clarinete bajo, el bajo acústico, el violín y la viola. Esta última hace un guiño participando en un acorde disonante muy similar al oído en Venus in furs de la Velvet Underground, en aquel mítico disco con la alemana Nico. Habla del amor de manera concisa, pues abundan las secciones instrumentales.  

Lives outgrown es un disco soberbio, que hará las delicias de los Jacob Collier más exigentes. Alterna de una manera magistral la tensión con la calma, las letras son inteligentes, y la instrumentación, como ya se ha dicho, es vasta y fabulosa. La cantidad de ellos y cómo está coordinada van más allá del elogio. Beth Gibbons está en plena forma, su lucidez compositiva es fantástica y su trabajo vocal, impoluto. Desde luego, da gusto encontrarse con joyas así en el panorama musical actual.

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