Título original: Tres bodas de más
Año: 2013
Duración: 94 min.
País: España
Director: Javier Ruiz Caldera
Guión: Pablo Alén, Breixo Corral
Fotografía: Arnau Valls Colomer
Reparto: Inma Cuesta, Quim Gutiérrez, Martín Rivas, Paco León, Berto Romero, María Botto, Laura Sánchez, Sílvia Abril, Joaquín Reyes, Rossy de Palma
Productora: Apaches Entertainment / Think Studio / Ciskul / Atresmedia Cine
Nota: 8
Durante muchos años, la mera asociación del concepto “comedia” al calificativo “española” ha sido justificación suficiente para dirimir de por medio la más aguerrida de las prevenciones. Por fortuna, las cosas en nuestro cinematografía van cambiando y, de la mano de un cada vez más numeroso grupo de jóvenes realizadores , estamos asistiendo a un viraje interesantísimo en cuanto a los intereses y a los modos de atacar uno de los géneros fundamentales del Séptimo Arte.
El año pasado tuvimos la ocasión de disfrutar de las virtudes de dos producciones modestísimas en las que la meditada desinhibición de sus realizadores suplía con eficacia la carestía de medios desde la que partían sus respectivos proyectos: nos referimos a CARMINA O REVIENTA , de Paco León y a EL MUNDO ES NUESTRO, de Alfonso Sánchez. Tradición y desenfado amalgamaban en ambas dos obras en las que ninguno de sus creadores escatimaba una mirada muy poco condescendiente para con la sociedad retratada.
En el presente 2013, el desaliño y la crudeza exhibidos en estas dos han dado paso a un par de obras en los que esa rudeza formal ha derivado en una sorpresiva estilización que, aunque en cuanto a contenidos no deja de abordar temáticas reconocibles dentro de nuestros parámetros sociales, escénicamente tienen mucho más que ver con la comedia independiente contemporánea norteamericana, o, por lo menos, con la voluntad calculada de proponer una huida formal y estilística de los cánones conservadores contra los que ha sucumbido esta clase de productos en nuestro país.
Tanto LA GRAN FAMILIA ESPAÑOLA, de Daniel Sánchez Arévalo, como la notable ¿QUIÉN MATÓ A BAMBI?, de Santi Amodeo, son dos dignísimas tentativas forjadas por dos realizadores que, a diferencia de León y Sánchez, acumulan ya una interesante trayectoria a sus espaldas. Por fortuna, precedida de un inesperado éxito crítico durante la pasada edición del Festival de Cine de Venecia, el final de año nos ha deparado una tercera que, admirablemente, empeñándose en ese mismo interés por reivindicar un aire nuevo a la vetusta, infame autocomplacencia “torrentera” que asola el panorama patrio, logra superar de forma descacharrante y conceptual a aquellos dos: TRES BODAS DE MÁS, digámoslo ya, no sólo se postula como la mejor comedia del cine español reciente, sino que podría logar ese título en el ámbito internacional de la temporada que ahora concluye.
Dirigida por Javier Ruiz Caldera, lo primero que cabe decir de ella es la morrocotuda sorpresa que supone incluirla como tercera obra dentro de una trayectoria personal cinematográfica en la que anteriormente figuraban SPANISH MOVIE y PROMOCIÓN FANTASMA. Nada de lo visto en estas dos permite augurar un modelo de brillantez realizativa como el acreditado en TRES BODAS DE MÁS. Es más, casi se podría afirmar que ésta última es lo diametralmente opuesto a sus precedentes. La madurez profesional que dirime Ruiz Caldera es de esas que alcanzan cotas de auténtica reinvención, de borrrón y cuenta nueva tratando de evitar los garabatos, las facilidades y los excesos de ese desaguisado primero.
El film se adentra en el terreno de la comedia contemporánea cruel, desinhibida, mordaz e impía que, estructuralmente, bebe de las fuentes sagradas de la gran comedia norteamericana de los años 30 y 40 (cuyo modelo podría ser LA FIERA DE MI NIÑA, de Howard Hawks), pero que mantiene con este modelo un auténtico combate dinamitador, no buscando una emulación mimética o evocativa, sino trasportándola a una época contemporánea en la que los problemas de identidad o madurez del individuo se pueden tratar de una forma más explícita.
El personaje que va a servir como terreno sobre el que no cesar de explotar minas personales ocultas, en esta ocasión, es Ruth, una joven investigadora naturalista, soltera a su pesar, a la que el mismo día le va a ser comunicado que tres de los hombres que conforman su desastroso pasado sentimental le invitan a su próximo enlace nupcial. Ella, en principio, sólo acepta el primero y decide ir acompañada de un becario que trabaja a sus órdenes. A partir de ahí se desencadenará un cúmulo de situaciones que, básicamente, generará sus problemas con el exceso de bebida alcohólica y el encontronazo con un tímido cirujano plástico.
La película cuece su desenvoltura, su fluidez, su descaro y su tremenda eficacia cómica al saber mixturar con donairosa facilidad varios elementos como la inusitada capacidad del director para la preparación y escenificación del gag visual, la imposición de un humor con tendencia a la escatología, el guarrerío y la impiedad, siempre invocado con un don de la oportunidad majestuoso, la total ausencia de misericordia con la que se radiografía el personaje central (una Inma Cuesta sencillamente antológica), la validez apresurada con la que se resuelve el perfil de los distintos (y formidables) personajes secundarios, la magnífica aportación de un guión que sabe, al mismo tiempo, apurar al máximo las situaciones originadas y dosificar la información para que quede margen para la continua sorpresa, la apelación a un continuo afán desmitificador de una posible adscripción al género romántico y, sobre todo, la firmeza en saberse instalar en el filo de un gamberrismo argumental sano, descerebrado con cálculo y elegantemente resuelto en escena, hacen de TRES BODAS DE MÁS la gran comedia que es. Para tirarle arroz, pétalos de rosa y las braguitas mojadas en el banquete!