Título original: Zwei Leben (Two Lives)
Año: 2012
Duración: 97 min.
País: Alemania
Director: Georg Maas, Judith Kaufmann
Guión: Georg Maas, Christoph Tölle, Ståle Stein Berg, Judith Kaufmann (Novela: Hannelore Hippe)
Música: Christoph Kaiser, Julian Maas
Fotografía: Judith Kaufmann
Reparto: Juliane Köhler, Ken Duken, Liv Ullmann, Sven Nordin, Julia Bache-Wiig, Rainer Bock, Thomas Lawincky, Klara Manzel, Vicky Krieps, Dennis Storhøi, Ursula Werner
Productora: Zinnober Film- und Fernsehproduktion / B&T Film / Helgeland Film
Nota: 7
Planteada como un tenso thriller de suspense, DOS VIDAS, sin embargo, da un honesto trato de favor al potentísimo voltaje dramático que subyace en toda su propuesta. El film de Georg Maas viene a sumarse a toda una corriente de film germanos que, a la magistral sombra deLA VIDA DE LOS OTROS, está hurgando en las alcantarillas más abyectas de la historia reciente alemana; concretamente, a la que atañe al periodo histórico previo a la caída del muro de Berlín en el territorio dela extinta República Democrática Alemana. Al igual que en la citada obra de Florian Henckel von Donnersmark, los modos y maneras empleados por la Stasi vuelven a servir de fondo histórico a unos acontecimientos que, en consecuencia, pretenden dar testimonio de las aberraciones cometidas por ese órgano creado para la defensa del estado.
La acción del film transcurre medularmente en Bergen, Noruega. Allí vive Katrine junto a toda su familia (esposo, hija, madre y pequeña nieta). Hasta su hogar llega un día un joven abogado que pretende emprender una causa contra el gobierno noruego a propósito del comportamiento de éste en el pasado con los llamados “hijos de la guerra”: el grupo de descendientes surgido de la relación de mujeres noruegas con militares alemanes durante la ocupación nazi del país escandinavo durante la segunda guerra mundial. Katrine se muestra renuente, pero la insistencia de su hija hará que decida colaborar. A partir de ese momento, una serie de cuentas pendientes con su propio pasado van a ir aflorando haciendo que la armonía existencial lograda por Katrine comience a resquebrajarse.
La película viene a ceñirse por completo al punto de vista -tan sobrepasado por los acontecimientos recién irrumpidos como hermético por obligación- de la protagonista, de ahí que Maas opte por atenuar la intensidad de acción propia de un film de espionaje como el que acaba revelándose. La película privilegia el modo en el que la protagonista encaja la amenaza que se cierne sobre ella en forma de revelaciones asaz consternantes y, por lo tanto, la forma en la que trata que no salgan a la luz determinados puntos oscuros de su vida pasada que su familia más cercana desconoce. Desde ese punto de vista, cabe reconocer que la dosificación de la información dada se revela como un factor de medular importancia que aquí está coordinado con absoluta solvencia.
El film de Maas concluye erigiéndose como un sólido entrecruzamiento de tiempos pasados y presentes en el que quedan manifiestos los esfuerzos del realizador por que la narración no caiga jamás en el desperdigamiento o enla confusión. El fluido de sucesos y descubrimientos está amarrado con notable precisión, pese a que, quizás, el interés por hurgar en la naturaleza abrumada de la protagonista central y el intentar acometer muchas líneas de interés intencionales (drama personal y familiar, relato de suspense, análisis histórico de hechos poco conocidos) termina por volverse en su contra en el último tercio, justo en el que la acción acorraladora unifica por necesidad el desgarro absoluto con el hilo más interesado por la vertiente del espionaje y los manejos dela Stasi. Desde ese punto de vista, el personaje del abogado que desencadena los hechos se antoja más un comodín utilizado con excesiva permisividad que un personaje de fuste.
Pese a todo, DOS VIDAS no pierde en un solo momento su desoladora, gélida y oscura solidez dramática. El partido que el director, ayudado por una irreprochable factura técnica en la que destaca sobremanera la soberbia fotografía, saca al paisaje helado, nocturno y en apariencia apacible de la ciudad de Bergen es imponente, pues abunda en el carácter lacerantemente turbio y contenido que define el comportamiento de Katrine. Nos hallamos frente a un interesante film en el que, además, el repaso a un muy concreto y desconocido episodio de la guerra fría y de la historia del siglo XX se hace de forma eficaz, sin caer en maniqueísmos de fácil facturación: la complejidad de posicionamientos, secretos, intentonas y temores con la que está abordada la protagonista así lo acredita. En definitiva, un estupendo film de sabio, estimulante y reflexivo suspense dramático.
