Título original: Spotlight
Año: 2015
Duración: 121 min.
País: Estados Unidos
Director: Thomas McCarthy
Guión: Thomas McCarthy, Josh Singer
Música: Howard Shore
Fotografía: Masanobu Takayanagi
Reparto: Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John Slattery, Stanley Tucci, Brian d'Arcy James, Gene Amoroso, Billy Crudup, Elena Wohl, Doug Murray, Sharon McFarlane, Jamey Sheridan, Neal Huff, Robert B. Kennedy, Duane Murray, Brian Chamberlain, Michael Cyril Creighton, Paul Guilfoyle, Michael Countryman
Productora: OpenRoad Films / Participant Media / First Look / Anonymous Content / Rocklin / Faust
NOTA: 7.5
De la mano de SPOTLIGHT, su realizador, Tom McCarthy, logra de forma muy solvente pergeñar una obra en la que sabe mantener a salvo su férrea facultad escrutadora y su franca retórica observativa, imbricándolas en una aventura cinematográfica de una impronta, en principio, algo disímil a la que cabría esperar a uno de los indiscutibles popes del cine indie de su país. SPOTLIGHT se postula como una milimétrica recreación histórica de un acaecimiento de explosivo calado mediático, en el que se aglutinaron no pocas voluntades pergeñativas. Las hechuras del producto (su adscripción a un género imprevisto, la coralidad de la propuesta, el carácter historicista, etc.) distan mucho de ser las de las anteriores entregas del autor de VIDAS CRUZADAS. Pese a ello, insistimos, éste sale muy airoso de un envite nada asequible, llamado a ser resuelto sólo por profesionales verdaderamente capacitados para la concentración dramática de los hechos convocados en el relato dispuesto.
La película se zambulle de pleno en ese reconocible corpus del thriller canónico conformado por los argumentos que se ciñen a una investigación periodística: los entresijos de una noticia conmocionante, el reportero asumiendo roles policiales en aras de descubrir la verdad de unos acontecimientos envueltos en densa nebulosa, el hecho investigado como punta de un iceberg de un auténtico hallazgo periodístico de magnitud inesperada, la búsqueda de la verdad siempre emponzoñada de obstáculos, meandros, elusiones y laberintos.
Tomando como referente ambiental la documentada solidez expositiva de TODOS LOS HOMBRES DEL PRESIDENTE, el señero film de Alan J. Pakula, interpretado por Dustin Hofman y Robert Redford, SPOTLIGHT se proclama como la certera, fidedigna recreación de los hechos que dieron como resultado un impecable, demoledor, trascendental reportaje periodístico llevado a cabo por un grupo de periodistas del “The Boston Globe”. El título del film es el del equipo de investigación perteneciente a la plantilla del rotativo que se ocupó de la elaboración del artículo que arrojó luz sobre el ominoso comportamiento de un buen número de clérigos católicos.
Un listado con los nombres de los más de los noventa sacerdotes acusados de probadas prácticas pedófilas sacudió a la opinión pública. La denuncia no se quedaba sólo en eso, sino que iba mucho más lejos, haciendo especial hincapié en las turbias prácticas que las autoridades eclesiásticas de la capital dispusieron para que estos acontecimientos, conocidos por ellas desde mucho tiempo atrás, quedaran ocultos e impunes. El reportaje, finalmente, se alzó con el Premio Pulitzer por Servicio Público en 2003. SPOTLIGHT, sin renegar en ningún momento de la importancia del hecho denunciado, del motivo que impelió la puesta en marcha del experto equipo, se ciñe por completo a la intrahistoria del reportaje, desarrollando una hábil, pormenorizada, entusiasta y poliédrica crónica cinematográfica de esa crónica escrita.
Lo mejor de esta sincera muestra de preclaro (y muy oportuno) clasicismo cinematográfico es el modo tan justificadamente adhesivo con el que MacCarthy se pliega a la partitura escrita por él mismo y por Josh Singer para la concreción del producto final. El guión se autoimpone la obligación de indagar en las entretelas organizativas del equipo de investigación periodística encuadrado, sin que la magnitud inmoral del gravísimo asunto de fondo desvíe un ápice la severa, fluida, concentrada exposición de los hechos. En SPOTLIGHT prima mucho más el rigor periodístico de la urdimbre de avances investigativos que el enjuiciamiento de las abyecciones indagadas. De ahí que la adscripción inatacable por parte del autor de THE VISITOR a una linealidad narrativa de corte escrupulosamente clásico resulte opción más que fundada. Mediante un nítido, progresivo y efectivo uso del montaje paralelo, la acción jamás se resiente de estridencia alguna, siempre sujeta al postulado de la sobriedad, el rigor y la calma acosada.
El film se muestra muy pulcro en tanto que se prohíbe a sí mismo desmarcarse de los postulados nada escabrosos, austeros, eficaces y atentos que propone la contenida puesta en escena. McCarthy reclama un diseño de producción muy ajustado al perfil profesional en el que se desenvolvían los personajes de la época: se logra que la labor de la dirección, muy preocupada por orquestar con desenvoltura todos los elementos (vestuario, fotografía, música y una mayúscula dirección actoral), sea tan ponderada y cabal como lo son los personajes dentro de la ficción estimulada.
Hay un voluntarioso afán descriptivo: no debe extrañar que la mayor parte de las escenas se desarrollen dentro del edificio que alberga las oficinas, despachos y redacción del diario, puesto que a MacCarthy le interesa que el espectador contemple ese hábitat, esa cocina de improvisadas decisiones y definidos procedimientos. SPOTLIGHT es un film de entresijos, que privilegia el movimiento de los personajes en tanto que piezas de un engranaje laboral, poseedor de un objetivo por el cual se pone en pertinaz marcha: el periodismo de investigación y su abigarrada madeja de señuelos. Situada en las antípodas tonales, ambientales y dramáticas de la excepcional EL CLUB, de Pablo Larraín, con la que mantiene un claro nexo argumental, el film de Tom MacCarthy resulta, en definitiva, un estimulante ejercicio narrativo pertrechado de emotiva, palpable, sana honestidad.