Ruidaco, ruidaco y más ruidaco. Estoy convencido, el guitarra de No Age está sordo como una tapia. Tras semejante brutalidad, me pitaron los oídos al menos 24 horas.
Foto: Lluis Benito Montaner
Y quizás por eso sea imposible entender una sola de las letras de la banda o quizás porque canta el batería o quizás porque no tienen nada interesante que decir. Aún recuerdo la primera banda en la que vi cantar al batería, se llamaban Satanicsurfers y compartían con los angelinos ese frenesí potente de sus canciones que te teletransporta a los años de skate y las playas de palmeras de los vigilantes de la playa, esas en las que siempre salían unas cachorras de escándalo con bañadores fosforito. Todo muy noventas que dirían los amantes del vintage.
Una columna de amplis para el guitarra, la batería dispuesta a ser violada salvajemente y unos salmplers es todo lo que necesita el ahora trío, para tratar de liarla. Y digo tratar porque si el recuerdo de su paso por el Primavera Sound 2010 es glorioso, en sala el otro día no podía ser más insulso. Con la banda dándolo absolutamente todo sobre el escenario y la sala sonando de escándalo como siempre, el respetable ni siquiera parecía amagar un pogo en las primeras filas. Ya sea que fuera el sarao entre semana, porque la muchachada no se había bebido sus cubatas o por culpa de los gorilas de la sala que parecían no haberse enterado de que aquello era un concierto de rock y no dejaban que nadie se tocase entre sí o vaya usted a saber. Ni con el guitarrista Randy Radnall aporreando su guitarra entre el público consiguieron animar aquello.
Foto: Lluis Benito Montaner
Quizás también porque entraron algo fríos abusando de su último disco Everything in betweeny el EpLosingFeeling que de ninguna manera pueden compararse al brutal Nouns. Teencreeps y la enorme You’re a target abrieron de forma brutal en una muestra más de que los temas cortos, frenéticos y sin apenas corte son una marca de la casa obligada para la banda. Más cortes de su último disco destacados como depletion o commonheat que apenas conseguían arrancar alguna cabezada entre las primeras filas y el trío atónito sin saber qué es lo que pasaba. Mientras la seguridad de la sala amigables como pocos, se divertían a zarandeando a cualquiera que osara molestar a la banda empuñando una peligrosa cámara de fotos. Parece que hay gente por ahí con vidas muy aburridas.
Una hora de ruidaco más tarde, con los oídos doloridos y acordándome del técnico de sonido que pone aquello a un volumen totalmente sádico, llegamos a Eraser y Miner para cerrar ante el delirio del guitarrista que termina la canción entre el público, consciente de que aquello no estaba siendo precisamente una bacanal. Poco pudo hacer el muchacho y tal como llegó volvió a subirse al acabar el tema. BoyVoid cerró el concierto con un pequeño amago de irse del escenario. Hasta para esto son escuetos los muchachos.
Hora y cuarto de guitarrazos, baterías aporreadas salvajemente y una capa de ruidaco que mis oídos no me lo perdonarían en una semana. Uno de esos conciertos que no serán recordados en las listas de final de año quién sabe por qué, los cubatas que no nos bebimos, las aburridas vidas de los de negro o las chicas de fosforito de sus playas que nunca tuvimos.
Setlist
intro
teencreeps
You’re a target
everyart
feverdreaming
depletion
commonheat
losingfeeling
cappo
glitter
Valley humpcrash
eraser
brainburner
chemtrails
sleeperhold
shred and trascend
miner
Bis
Boyvoid