Este Jueves 28, volvimos a pasarnos por Iroquai, que por suerte se está convirtiendo en punto de encuentro para mucha gente a la que nos gusta disfrutar de la música en directo.
Esta vez le tocaba el turno a Addiction Jazz, que sorprendentemente a nuestra llegada, tenía el aforo completamente cubierto, llegando incluso a costarnos entrar en la sala, no obstante nos hicimos un hueco entre los asistentes, dispuestos a disfrutar del Jazz que nos ofrecían la banda.
El grupo se formó a comienzos allá por el 99. Comenzando sus andanzas algunos años atrás, no obstante no se consolida con un carácter profesional hasta este año. La curiosidad que rodea a todos sus componentes es suficiente para iniciarse en el estudio de la improvisación y la dificultad del Jazz. El transcurrir del tiempo fue consolidando la estructura del grupo, aunque modifican algunos de sus componentes, como el batería, además surgen algunas modificaciones desde su inicio, así como las diversas experiencias de los componentes en otros contextos, principalmente musicales. Perfeccionando una de sus facetas más desconocidas, como es la composición, descubren nuevas formas de expresar su música. Viéndolos tocar en el escenario, nos damos cuenta de que lo realmente importante para ellos es disfrutar con lo que hacen, compartiendo con el público el sentimiento de la música por la música.
Enmudecimos con muchos de los temas que se tocaron esa noche, pero en especial resaltaremos una versión del maestro John Coltrane “Night has a thoushand eyes” (de la que os dejamos una interpretación de ella), Rubia Negrita y Debe ser Amor, que se merecen una mención especial.
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La nota más negativa del concierto fue sin duda la poca empatía por momentos de parte del público que estuvo por momentos bastante molesto hablando a voces en algunas fases, y si ya de por sí es desagradable en salas pequeñas en propuestas tan delicadas como el jazz se hace de vital importancia mantener el silencio.
Tenemos que apostillar, que no somos expertos en este tipo de conciertos, pero podemos asegurar que el virtuosismo que desprendía Stick Cook a la batería, llegando a percutir en las paredes que le rodeaban y dejando apreciar todos los matices que puede dar el instrumento, o Sergio Albacete, desde sus Saxofones ,por momentos sublime, así como Juan Antonio Martínez al Bajo y Luis Gómez a la Guitarra ,en sobresaliente armonía con el bajo, consiguieron hacernos disfrutar del Jazz como nunca lo habíamos hecho. Que siga la fiesta en este garito, que se está convirtiendo en uno de nuestros sitios escogidos. Este jueves Hits Project, no lo olvides
