Un grande en la noche madrileña
El pasado jueves 29 de enero acudíamos por tercera vez en pocos meses al Mondo Disko, después de las buenas sensaciones de los directos de Clark y Plaid, en esta ocasión el invitado era nada menos que el genio danés Anders Trentemøller, una de las mentes más inquietas y privilegiadas del panorama electrónico europeo y al que desgraciadamente no veíamos desde el año 2007, en el ya desaparecido Creamfields Andalucía.
Mucho ha cambiado su música desde entonces, sobre todo en lo que a álbumes de estudio se refiere, y es que trabajos como su último lp “Lost”, una verdadera joya de la electrónica contemporánea, suponen una vuelta de tuerca al minimal techno, añadiendo estructuras del más puro IDM, experimentación y multitud de elementos que incluyen melodías vocales, guitarras distorsionadas, sintetizadores o instrumentos tan poco comunes como la mandolina o el theremin.
Si bien es cierto que nosotros hubiéramos preferido verle con su banda en formato LIVE, la expectación en la capital era máxima, y cuando entramos en la sala minutos antes de su actuación, ésta estaba prácticamente abarrotada. Nosotros ni siquiera pudimos dejar nuestros abrigos en el ropero.
Su set, de aproximadamente dos horas, no sorprendió y mucho menos decepcionó, ya que como es habitual, nos trajo una sesión del más alto nivel, con su reconocible estilo oscuro, elegante y sofisticado. Una cuidada selección de techno y progressive house, realmente bailable y divertida, entre los que pudimos reconocer temas propios como “The Mash And The Fury” o “The Forest” magistralmente remezclados con otros de Royksopp o Nicolas Jaar, que amenizaron la velada hasta altas horas de la madrugada.
La sala, como ya comentamos anteriormente, se fue llenando a lo largo de la sesión, incluso más si cabe, de un público entregado hasta el último momento al set de este maestro, que dejó patente que sigue siendo uno de los principales referentes de panorama europeo. Sin duda una grandísima noche, que terminaron de redondear de manera sobresaliente los residentes, Borderline, de sobra conocidos por estos lares.