The Drums Album Artwork
Cada poco tiempo asoman la cabeza entre la diaria mediocridad, grupos que parecen dar en el clavo. Uno de esos grupos que con algún EP o con suerte su primer largo llegan a copar todas las ansias de hype que cada uno llevamos dentro.

Grupos que aupados por las tendencias y la modernidad logran dar en el clavo, la fórmula acertada en el momento adecuado. Podría ser cualquier otro, es casi una lotería, se trata de acertar con algunos hits que casi nadie recordará tan sólo unos años después y lo que es peor, con el paso de siguientes discos no querrás reconocer ante nadie que un día tarareaste algunos de sus primeros hits, porque una cosa está clara, tan rápido como llegaron acabarán hundiéndose en el cubo de mediocre del que salieron.
Y como muestra un botón, tenemos una larga lista de ejemplos, desde Bloc Party hasta The koooks pasando por Foals, Kaiser chiefs o Mäximo Park. Todos ellos grandes ejemplos de lo que significa subir como la espuma alzado por discos inmediatos y dotados de una genial inspiración que misteriosamente se desvanece más y más a cada nuevo disco que sacan.

The Drums parecen encajar en esta categoría, con su primer Ep de nada menos que ocho temazos nos hicieron sentir el verano allá por septiembre cuando en nuestro meridiano justo estábamos despidiéndonos. Lets go surfing o I felt stupid asaltaron desde entonces los garitos modernos de medio mundo e incluso la primera ha llegado a un anuncio de coches. Los videos y las ganas de verles no han dejado de aumentar desde hace ya 10 meses y todo el mundo estaba esperando que se dieran una hostia mayúscula cuando tuviesen que rellenar huecos para el álbum final. Todo parecía preparado, estaban confirmados en los mejores festivales para poder decir en primera persona "Si ya se veía venir, estos no iban a durar ni dos telediarios" y al fin sorprenden a propios y extraños con un disco redondo  como pocos y un directo jodidamente excepcional.
Los de Brooklyn arrasaron en el Primavera Sound con un histriónico directazo que hizo bailar y sonreír a un público tan difícil como es el del festival barcelonés. Su disco de debut de nombre homónimo no se queda atrás y si bien ya conocíamos cinco cortes procedentes del Ep las siete restantes hacen un total de doce canciones de un pop alegre y bailongo imposible de eludir.

The drums no se esconden, muestran sin pudor que lo suyo es meter en la coctelera a los beach boys y el sonido más costa oeste y mezclarlo sin cortarse con los hits británicos de los mejores Smiths y Joy Division. Guitarreos alegres, baterías espasmódicas que llegan del post punk y una voz a la que le gusta juguetear más que a Morrisey. Si todo eso se lo sumas a flequillos estudiados y looks a la última tenemos la nueva sensación del año. No se les puede hachacar nada, son claros, no han venido para cambiar el rumbo de la música ni para ser los nuevos mesías del nuevo snobismo musical, quieren pasárselo bien, dar saltos en el escenario y que bailes en tu habitación sus geniales canciones, son simples y no pretenden ir mucho más allá.

De hecho se ríen de ellos mismos exagerando la postura hasta la saciedad en cada uno de sus videos, haciendo que quieras partirle las piernas a ese delgaducho que tanto se parece a Guti. Su ácido humor también se refleja en sus letras, "Best friend" está dedicada a su mejor amigo que azares del destino ahora está muerto, lo mejor de todo es que es una de las más festivas ¿Un claro guiño a The Smiths o una patada en los huevos?

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Puede que se queden en la cuneta de los hypes, servidor lo duda mucho, pero amigos míos, menudos hypes, canciones como "Me and the moon", "Lets go surfing" o "Forever and ever Amen" se han ganado por méritos própios el título de temazos del verano y no me cabe ninguna duda de que estos chavales estarán entre lo mejor del año. Si no han sucumbido a sus encantos aún denles una oportunidad y no se arrepentirán de que sean su banda sonora del verano ¡Larga vida a los Drums!

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