Título original: Pan
Año: 2015
Duración: 111 min.
País: Estados Unidos
Director: Joe Wright
Guión: JasonFuchs (Personajes: J.M. Barrie)
Música: John Powell
Fotografía: John Mathieson, SeamusMcGarvey
Reparto: Levi Miller, Garrett Hedlund, HughJackman, Rooney Mara, Amanda Seyfried, AdeelAkhtar, NonsoAnozie, Cara Delevingne, Kathy Burke, Jack Lowden, Jimmy Vee, Phill Martin, AmiMetcalf, Jack Charles
Productora: BerlantiProductions / DuneEntertainment; Distribuida por Warner Bros.
Nota: 0
Morrocotudo fiasco. Poco o nada hacía presagiar que el autor de ORGULLO Y PREJUICIO o EXPIACIÓN, MÁS ALLÁ DE LA PASIÓN pudiera quedar convertido en vulgar pergeñador de una zarandaja audiovisual del tamaño de la presente PAN (VIAJE A NUNCA JAMÁS). La algarabía atroz y desnortada aquí deparada nada tiene que ver con la capacidad para el riesgo, el quiebro a lo esperado, la voluntad reformulante y aportadora, acreditada en la interesante (aunque fallida) versión de ANNA KARENINA que brindó en 2012. De todo ello, en el film que ahora nos ocupa sólo queda el protocolo intencional de partida. Los logros se sitúan a mucha distancia de lo esperado ante un creador que, en esa versión de la obra maestra de Tolstoi, apostó por una relectura del clásico absolutamente personal, novedosa y, al final (todo lo contrario de ésta), pertinente.
PAN (VIAJE A NUNCA JAMÁS) dirime un, en principio, sugestivo acercamiento al eternamente reivindicado universo del personaje más famoso gestado nunca por J. M. Barrie, esto es, ese símbolo de la negación a la despedida de la niñez que es PETER PAN. Como hemos indicado, Joe Wright desmanteló por completo la novela citada del escritor ruso, proponiendo una adaptación que explicitaba una vigilancia exquisitamente teatral a la conocida prosa literaria. Es decir, ANNA KARENINA, el film, evidenciaba un espíritu inconformista, osado, relector de un personaje y un texto legendarios. De ahí que las expectativas ante una operación de parecido calado justificadamente irrespetuoso, original, aportador como el de PAN (VIAJE A NUNCA JAMÁS) fueran en modo alguno escasas, puesto que la aproximación al paraje inventado dentro de este clásico de la literatura infantil parte de una idea asaz distinta de la de volver a incidir en el texto de Barrie, tan imperecederamente apropiado por la factoría Disney.
Wright vuelve a Peter pan con la idea de proponerle un origen, una tesitura biográfica anterior a la del personaje tal y como lo hemos conocido siempre. De partida, por lo tanto, nada que objetar a un propósito tan atractivo como el de indagar en la niñez de este inmejorable trasunto de la infancia esculpida como paraíso irrenunciable. Para ello, se apuesta por la idea de la orfandad introduciendo al protagonista en un ámbito de clara referencia dickensiana: Peter se nos es presentado como un inquieto chaval de doce años, que, tras ser abandonado por su madre, nada más nacer, a las puertas de un orfanato, ha pasado toda su vida sometido al imperativo intransigente de las religiosas que regentan esa fundación. Una noche, de súbito, el jovenzuelo es atrapado por unos piratas voladores que lo trasladarán a un confín llamado Nunca Jamás, dentro del cual él se empeñará en conseguir esclarecer el paradero de su madre.
Como ha quedado referido, el proyecto, de partida, no puede ser catalogado más que de disfrutable, interesante y atractivo. Sin embargo, una vez ha concluido la espectacular secuencia del rapto del protagonista (haciéndola coincidir con un bombardeo sobre la capital londinense), lastimosa, afrentosamente, PAN (VIAJE A NUNCA JAMÁS) se empeña en, una tras otra, ir agrediendo todas las expectativas generadas en su prólogo. Wright se empeña en aprovecharse de la tesitura dramática urdida para enfrascarse en un lamentable espectáculo empobrecedor, que desestima cualquier intento de ahondar con firmeza en la idea de investigar la infancia del mito, abogando por una triste, superficial, ramplona, previsible y nefanda astracanada de cine de acción aventurera, propia de enérgicos confabulados con el más y más a toda costa.
De esta forma se malogran ideas tan sugestivas como las de imponer una emotiva relación amistosa entre Garfio (un Garrett Hedlund sencillamente horrendo: pocas veces el cine reciente ha obsequiado una interpretación tan desabrida, fofa e inútil) y Peter, dirimiendo un deslizamiento dramático consistente en que la figura del malvado pase a recaer en el pirata Barbanegra. La mediación de un personaje tan plúmbeamente trillado como el de Tigrilla tampoco ayuda a que el asunto remonte. Así como la nula seriedad con la que está abordado el tema del seguimiento del rastro materno, que está saldada de la forma más cicateramente barata imaginable.
Con todo, la mayor barbarie la descerraja el realizador al tomar la abyecta decisión de apostarlo todo a que el film quede abocado a una mera exhibición de efectos especiales, impensada para un realizador con su trayectoria. Deleznable simbiosis entre los desperdicios de la saga PIRATAS DEL CARIBE y una aparatosa reivindicación de MARCO, el famoso serial televisivo de dibujos animados, PAN (VIAJE A NUNCA JAMÁS), para desgracia de los que albergábamos una aventura impecable, queda reducido a escombro de mal cine comercial de siempre.