Eef Barzelay ha decidido celebrar el décimo aniversario del fundamental THE GHOST OF FASHION. Y, para ello, ha decidido depararse una extraña tarta de cumpleaños.
El líder de CLEM SNIDE brinda para adictos y para proclives a adicción (quien esto escribe, se sitúa entre ellos) una suerte de apañado “SPANISH CLEM SNIDE”. Los barceloneses PARTIDO han sido los elegidos para acompañarle en esta fiesta conmemorativa. Seguramente, no había mejor forma de agradecerle el detallazo que ir a disfrutarle la transitoria hispanidad el día de la Virgen del Pilar. El adjetivo “spanish” adquiría, por lo tanto, el pasado miércoles, en Valencia, todo su más patrio, flamante sentido. Una vez escuchado, créanme, a uno es que le apetece desfilarlo en calidad de legionario de su legión. Aunque sea haciendo de cabra.
Por desgracia, no hubo lleno total para asistir al curioso experimento. Es una pena, porque tanto el invitado como la sala lo merecían. Quienes se lo perdieron dejaron de disfrutar de una jugosa ceremonia, en la que se daban la mano la más que correcta implicación de los artistas invitados (los PARTIDO) y la entrega total, desprejuiciada y personalísima del anfitrión. El repaso impecable a todos los temas de THE GHOST OF FASHION sirvió para demostrar que Barzelay sigue en acometedora forma y, sobre todo, que los temas de ese álbum parece que los acaba de parir la inspiración de alguien que los estrenara el mes pasado. La virtud de lo bueno es su imperdurabilidad. THE GHOST OF FASHION es puro acero inoxidable.
Uno tras otro y por respetuoso orden discográfico, fueron sonando los quilates de ese acero. “Let´s Explode”, “Long Lost Twin”, “Ice Cube”… Berzelay seguía diciendo que deseaba no haber nacido, que se sentía como Elvis perdurando en su último impulso perdido, que no quería vivir siempre, porque el cielo está lleno de agujeros explotando, que no tuviéramos miedo de nuestra ira… Chocaba asimilar la dureza de unos versos casi siempre desgarradores, siendo ejecutada públicamente con la energía de un chaval encantado con ese nutritivo desencanto.
De entre todos los sensibles lamentos con causa, a éste cronista consentido no le queda más remedio que quedarse con la profunda serenidad de ese salmo magistral que es la estremecedora “ Joan Jett Of Arc”. Uno no sabe cómo será la concentración de los Clem Snide en formato verdadero, pero puedo dar fe que lo escuchado de la mano de Partido concluye apeteciendo no escuchar nunca a los primeros. También ocurrió lo mismo con la adhesiva desazón susurrada de “Ancient Chinese Secret Blues”. La noche iba, definitivamente, de heridas que te curaban la piel. Este americano de Tel Aviv supura genuinos remedios de farmacia de guardia country, aptos para consumo sin prescripción médica.
Hubo tiempo finalmente para Barzelay en solitario. En solitario, con ukelele, y con la honda versatilidad de su esencia descerrajada frontalmente, a palo seco y sin hielo. Nada podía aguar la fiesta. Hubo tiempo para dos temas de Partido, que terminaron por acreditar su nítida valía. Y faltó tiempo para seguir saboreando el “momento en el sol” que supuso darse de bruces con la lucidez triste e indesmayable de este sabio vaquero de cantina urbana. Hubo aplauso general, sincero y ansioso de más.
Texto: Celso Hoyo Arce
Fotos: Vicent Comfer
