Después de cuatro intentos fallidos, finalmente tuve la oportunidad de asistir al LEV, uno de los festivales de electrónica más interesantes del panorama nacional.
En esta edición, han seguido apostando por la calidad y experimentación como base, con un cartel muy variado, quizás menos llamativo que en ediciones anteriores, pero excelente en todos los aspectos, y que ha cumplido con creces todas mis expectativas generadas a lo largo de estos últimos años.
La organización ha sido exquisita en lo que a espacios, sonido, precios y horarios se refiere y ha contado además con multitud de actividades paralelas repartidas a lo largo de 6 espacios ubicados en el interior de la Universidad Laboral, donde los asistentes hemos podido disfrutar de varios workshops, exposiciones e instalaciones, como la “data.tecture [5 SXGA + version]” de Rioji Ikeda o “Rheo: 5 Horizons” de Ryoichi Kurokawa, así como la posibilidad de contemplar el precioso jardín botánico de Gijón, sede también de varias actuaciones en directo.
Viernes 27 de Abril.
La jornada comenzó, con la actuación de Vittus en el teatro, espacio donde quizás hemos contemplado las actuaciones más interesantes del festival, glitches y microtexturas minimalistas acompañados por piano y viola clásicos y unas espectaculares visuales a cargo de Paul Prudence. Concierto pausado y relajante, que sirvió como toma de contacto con este universo sonoro y extrasensorial que supone el LEV y que dio paso a la que posiblemente fue la triunfadora de la noche.
El concierto de Anja Plaschg aka Soap&Skin, sólo puede calificarse de épico. Y es que esta austriaca, que con tan solo 17 años ya compuso la obra maestra ' Lovetune for Vacuum ', demostró una genialidad, madurez y crudeza inaudita encima del escenario. Concierto oscuro, tétrico, difícil de escuchar, de hecho bastante público abandonó el teatro a mitad de la actuación, con una puesta en escena sombría, perfecta e inimitable, donde la portentosa voz de Anja se combinó magistralmente con las melodías clásicas de su piano de cola y unos arreglos electrónicos dramáticos y opresivos. El cierre con 'The End', cover de los Doors, puso la piel de gallina más de uno, servidor incluido. Lo mejor del festival.
Después de una pausa para recuperarnos mental y físicamente, nos desplazamos a la nave para ver a Goshtpoet, una apuesta diferente y en mi caso, de las más esperadas. Y es que este rapero londinense que con su 'Peanut Butter Blues & Melancholy Jam' ha dado un soplo de aire fresco al hip hop británico, ofreció un genial concierto acompañado por guitarra y batería. Original, hipnótico y rebosante de clase, nos contagíó a todos con su flow sedante y evolutivo.
Prefuse 73, uno de los cabezas de cartel de este año, comenzó con algunos problemas de sonido que logró subsanar a lo largo de su sesión. Siguiendo la onda del hip hop experimental y abstracto que nos tiene acostumbrado, ofreció una sesión repleta de vertiginosos cambios de registros, combinando funk, hip hop e idm, con precisión milimétrica que pusieron la nave a mil revoluciones.
Para terminar Byetone, una las cabezas pensantes de Raster Noton, nos deleitó a todos con una sesión de avant techno contundente. Intensidad y complejidad a partes iguales, para terminar danzando en una jornada inaugural sobresaliente.
Sábado 28 de abril
El sábado amaneció frío y lluvioso, y tras la siesta de rigor, llegamos con el tiempo justo para asistir al espectáculo de Ryochi Kurokawa en el teatro. El japonés, que llegaba al LEV presentando 'syn_' ofreció una actuación memorable, a destacar las fascinantes composiciones audiovisuales, a modo de esculturas de arte abstracto generadas a partir de su música, con una precisión infinita. Demostró con creces por qué es uno de los maestros del minimalismo audiovisual contemporáneo.
Árbol que vino con su banda al completo, ofreció un concierto muy maduro. Su música ambiental, suave, cinematográfica y de fácil escucha, hizo disfrutar al respetable de una hora de buena música sin paliativos.
Mika Vainio, miembro de Pan Sonic, fue el encargado de abrir la noche en la nave. Quizás una de las pequeñas decepciones del festival, ya que ni el sonido ni el recinto eran los más propicios para semejante avalancha de subgraves. Drone y ruidismo para los amantes de este género, que seguro disfrutaron mucho de su actuación.
Los asturianos Fasenuova, dúo de mítico de electrónica-noise- industrial, pusieron la nota gamberra de la noche. Divertidos y transgresores, provocó sentimientos encontrados en el público del LEV, dividido en seguidores acérrimos de la banda, que gozaron bailando entre ritmos reiterativos, extremos y berridos punk y otros que aprovecharon para salir a tomar un poco el aire, entre los que me incluyo.
A continuación fue el turno de Kuedo aka Jamie Teasdale, uno de los grandes de la escena electrónica europea, que desde su paso por Vex'D, ha evolucionado hasta un estilo que fusiona los 8bits, el dubstep, el hip-hop y sintetizadores de ambiente futurista, impregnados por la esencia innegable del Detroit techno. El concierto fue evolucionando desde una delicada intro hasta ritmos más agresivos que pusieron en efervescencia al público que se abarrotaba en las primeras filas.
Holy Other, ataviado con una especie de hábito funerario, ofreció uno de los directos de la noche. Una de las sensaciones electrónicas de esta década, masajeo subcranealmente a todos los presentes con un post dubstep hipnótico, sensual, armónico y envolvente, en la onda de Burial. Gran sesión.
Anstam, tuvo el honor de poner punto y final al festival, después de un cambio horario de última hora, a todas luces acretado. Y es que después de haber sacado una de las referencias más destacadas del 2011 'Dispel Dance', este genio alemán supo adaptarse perfectamente a lo que el momento pedía, y subiendo revoluciones, ofreció una sesión dura y rugosa, empapada de beats demoledores a base de Techno e IDM que dejó a los muchos que aún aguantábamos en la nave con una sonrisa de lado a lado.
En resumen, genial festival, quizás el mejor festival de electrónica español con permiso del Sonar de Barcelona. Sobresaliente en todos los aspectos. Incluido el público. Una pequeña perla autóctona que debemos apoyar para poder seguir disfrutando de este Laboratorio de Electrónica Visual en futuras ediciones.