Lisabö salen por la puerta grande y Keiji Haino canceló en el ultimo momento.
Tras una primera jornada excepcional, el Tanned Tin arrancó con una mala noticia de ultima hora, el Japonés Keiji Haino finalmente canceló su actuación. Pese a verlo el día anterior por el Principal, desconocemos las causas por las que el líder de Fushitsusha causo baja. Para sustituir a este contaron con la presencia de un reserva de lujo, Matt Elliot, que volvía actuar de nuevo en el que podría considerar como su festival.
Este improvisto, junto a los cambios de horario, provocó cierto descontento en el público, que se encontró con ciertos contrastes entre actuaciones.
Pese a todo el festival empezó con uno de los artistas que más estábamos esperando ver, Peter J Brant, contándonos las historias de Ben & Bruno. Peter apareció en solitario con su guitarra y nos deleitó a todos con un repaso sobre su carrera musical, destacando las canciones de su álbum 100 Grim Reapers. Por ultimo, J Brant intentó que el público en el último tema “New Friend Song” le hiciese los coros, pero la respuesta de este no fue la del todo deseada y quedó una versión algo rara. Una actuación correcta, pero donde se echo en falta algún que otro acompañante, para que las historias de Ben & Bruno calaran mucho más.
Para continuar con más folk, tocaba la actuación de Nacho Umbert y un fiel escudero como es Raül Refree. El Catalán consiguió llevarse una de las ovaciones más grandes de esta edición consiguiendo poner al público en pie con un repaso a sus mejores temas como “Cien Hombres ni uno más” “El mort i el degollat” “Colorete y quita sueño”. A Nacho también le dio tiempo a presentar un tema de su próximo disco “Familia”, una canción que hablaba de un “affaire” que tuvo con la estrella de Hollywood Cary Grant.
Desde Bristol llegaba al principal de Castellón Gravenhurst, la banda de Nick Talbot que con "The Ghost in Daylight" ha llevado a cabo un cambio algo radical. En primer lugar, su líder físicamente parece otro, pero no solo en la apariencia se ve reflejado esa permutación, si no en su acompañamiento, ahora la banda viene escoltada de dos mujeres que le hacen un séquito idóneo. El concierto fue de menos a más o esa es la sensación que quiso dar Nick. Sin embargo percibimos todo lo contrario, la banda comenzó con un folk muy agradable, con unos coros agradables, sin embargo cuando empezó a cambiar de estilo queriendo imitar a my bloody valentine, no cuajo del todo quedándose en un final algo discreto, pese a su gran arranque inicial.
Una de las bandas que en este festival no ha dejado indiferente a nadie ha sido Maher Shalal Hash Baz, lidearada por Tori Kudo. Es algo indescriptible y bizarro por partes iguales, para unos será una basura infame que no se puede considerar ni música, para otros unos grandes genios incomprendidos. Lo cierto es que en la duración del concierto estos japoneses dieron un recital a la improvisación y nos ofrecieron un concierto diferente y para muchos algo que en la vida habíamos visto.
Los grandes vencedores de la noche tienen nombres y apellidos, los vascos Lisabö, que dieron un recital de lo que es postrock y noise sin caer en ningún momento en la estridencia y desde el primer segundo demostrando como se las gastan, con dos baterías, dos guitarras y un bajista. La banda de Irun liderada por Karlos Osinaga lo dieron todo, manifestando que están en su mejor estado de forma, con sus letras en Euskera y acordándose de nuestro presidente del gobierno, no precisamente para bien, hicieron que todo el público acabase en pie, haciendo que las butacas llegasen a ser un incordio para los allí presentes. Viendo lo que el público estaba disfrutando del concierto y la insistencia de que se alargara más el concierto, la organización decidió darle unos minutos más, cosa que condicionó el resto de actuaciones de la noche.
Los pocos que quedamos después de la furia de los vascos Lisabö recuperamos la calma gracias a la canadiense Julie Doiron, que se quejaba de no tener tiempo de hablar con el público debido a los cambios del día. Julie se dedicó a hacer lo que mejor sabe hacer, que es deleitarnos con esa voz dulce pero nada frágil, presentándonos algunas canciones de su nuevo disco “So many days”.
El gran fallo que cometió la organización alargando unos conciertos y acortando otros lo sufrieron de lleno Grupo Salvaje. La banda madrileña tardó más de lo acostumbrado en preparar la gran cantidad de instrumentos que les acompañaban y cuando apenas llevaban dos canciones la organización les dijo que solo les quedaban diez minutos, así que la banda decidió tocar “Vigilia de Pentecostés”, un tema de casi diez minutos que no tenían previsto en el set-list.
Una jornada con ciertos imprevistos, que finalmente acabó con una actuación inesperada en el hall del principal, un Heiser de Cerveza, que provocó la incredulidad de los allí presentes. Una lluvia de cerveza es un gran colofón para el cierre de cualquier jornada festivalera, lastima que la bella camarera a la que le sucedió no opine lo mismo.