A Different Man

Sección: OFICIAL 

Dirección: Aaron Schimberg

Nota: 5 

Líneas valorativas:

Alambicada, provocadora y finalmente víctima de un ensimismamiento autorreferencial muy nocivo para sus exigentes intenciones, A DIFERENT MAN se esfuerza con una intensidad acaso demasiado explícita en proponerse como una insana disertación sobre la inclemencia de lo monstruoso. El físico, la apariencia humana, convertida en coartada para el asco, el señalamiento ajeno.

 

El protagonista es un actor que padece neurofibromatosis, un trastorno genético que produce tumores en el sistema nervioso y se ensañan con el rostro de quien lo padece. Una operación quirúrgica le aliviará de esa deformidad, pero el renacimiento a esa ansiada normalidad estética no le procurará la ventura prevista. La película se abre a un ardid muy jugoso cuando aparece en escena otro actor con la misma enfermedad, que le robará al protagonista el papel principal de una obra de teatro inspirada en él mismo.

 

Pese a la interesante urdimbre argumental, A DIFERENT MAN adolece de una realización que no está a la altura de la sutilidad reflexiva exigida por una historia a todas luces perturbadora, inclemente, que cuestiona e investiga en la dicotomía monstruosidad versus canon estético establecido. Schimberg opta por un desquicio subrayador que sume a la obra en una asfixia atolondrada y desequilibrante. El recuerdo de Browning, Lynch, Cronenberg o el Glazer de UNDER THE SKIN susurra esa turbiedad poética, esa desazón carnal que A DIFERENT MAN busca, encuentra y deja escapar como pus entre gasas.

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