Sección: OFICIAL
Dirección: Abderrahmane Sissako
Nota: 1.5
Líneas valorativas:
Profundo desconcierto, indisimulable sonrojo y abandono de butaca. No caben otras reacciones ante el último film del realizador Abderrahmane Sissako. BLACK TEA es un naufragio creativo de primera magnitud. El autor de TIMBUKTU se muestra incapaz de dotar de la más mínima credibilidad a un guión, hay que reconocerlo, imposible de reconducir a otra cosa distinta que el siniestro total.
En la primera secuencia vemos a una novia diciéndole al novio en el altar que meta el anillo de bodas en adobo. A continuación, sin solución de continuidad, la vemos completamente liberada trabajando en China vendiendo té en una tienda de lujo. Nada de mercadito. Ella está enamorada de su jefe chino. Y su jefe se parece mucho a Vicente Parra y huele mucho el té.
Hasta aquí podemos leer. Las posibilidades de un acercamiento de cariz realista a la desconocida población africana asentada en el continente asiático quedan absolutamente ametralladas por la desnortada apuesta estético-formal elegida por Sissako: el culebrón romanticoso. BLACK TEA reivindica el fotonovelón sin conciencia irónica alguna. Rancia, insípida y chirriante, esta afrenta solo merece olvido. Y rápido.