Lillian 1

Sección: Quinzena de los Realizadores

Dirección: Andreas Horvath

Guion: Andreas Horvath

Reparto: Patrycja Planik

Sinopsis: Una inmigrante que vive en los Estados Unidos decide volver caminando a su país de procedencia:

Nota: 9.3

Comentario Crítico:

Producida por uno de los máximos referentes del cine de autor centroeuropeo, el austriaco Ulrich Heidl, LILLIAN, debut en el terreno del largometraje del también austriaco Andreas Horwath, deviene un fustigante lección de cine crudísimamente quebradizo, subjetivamente visceral y, sobre todo, desde un punto formal, osadamente sometido a una tan atractiva como compleja premisa de partida, que, por su cumplimiento a rajatabla, concluye imponiéndose como la razón primordial de su potentísima contundencia escénica.

El film se pliega por completo al modo en el que su protagonista decide resolver una impía desesperación, una devastadora debacle personal, un fracaso que no admite reparación posible más que el abandono, el fin de la partida, el cierre definitivo y, por consiguiente, la fuga, el retorno, la evasión hacia otro lugar; en este caso hacia el lugar de origen.

LILLIAN aborda una voluntaria odisea retornante. Una joven toca fondo personal en Nueva York. No puede más con su existencia en esa urbe. Tras una cruda entrevista con un director de cine porno, este termina por convencerla de que su lugar no es ese. De forma impulsiva toma la decisión de volver a su país andando. El film acomete ser testigo de ese periplo caminante, extenuado y libérrimo.

La desoladoramente adhesiva puesta en escena se aferra a dos poderosos, condicionantes elementos escénicos: uno, el silencio inquebrantable de la protagonista; dos, utilizar la incógnita de ese firme posicionamiento en calidad de punto de vista oteador de todos los espacios por los que transita. De resultas de la fiereza con la que se yuxtaponen ambas decisiones, nos hallamos ante un relato que suda reseca soledad, desolación inatajable y, fundamentalmente, intinerante misterio y hosca fisicidad.

El realizador propone una despiadada y nada afable visión de una Norteamérica desolada, abatida, pululada de seres humanos instalados en una especie de pasmo vital acatante y enfermizo. La inclemencia de la meteorología desértica, el óxido de muchos elementos del entorno en los que se refugia y duerme la joven rusa, los distritos conflictos colectivos e individuales a los que se acerca, la nula implicación que es capaz de mostrar el firme propósito de aquella en continuar a cualquier precio; todas estas soberbiamente encuadradas supuraciones paisajistas e íntimas, la magnífica planificación dispuesta por Horwath y la brutal implicación de la actriz Patrycja Planik hacen de LILLIAN un ejercicio fílmico fascinante en su rocosa radicalidad de entrañas, incógnitas, extenuaciones y silencios.

 

 

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